Lunes 16 de Agosto de 2021
Ps. Constanze Ihl Herbach
Enfrentar nuevos desafíos en términos profesionales puede ser una experiencia muy enriquecedora, en tanto implica reconocer las cualidades, herramientas, conocimientos que se tienen y los que se deben reforzar a fin de lograr un buen desempeño en lo laboral y de forma responsable.
En este contexto de modalidad de trabajo y aprendizaje en formato híbrido, donde algunos aspectos se han llevado a cabo de forma presencial y otros en formato remoto, es comprensible que surjan inquietudes respecto al manejo de conocimientos y habilidades para ser un(a) buen(a) profesional y a cómo demostrarlo al momento de comenzar a trabajar.
Esto puede suceder por experiencias laborales previas donde no haya existido un reconocimiento al trabajo realizado y/o a críticas constantes, que al no ser planteadas de manera constructiva o asertiva, fácilmente pueden generar desmotivación a seguir mejorando como profesional.
Dado lo anterior, puede aparecer la percepción de necesitar reforzar lo aprendido durante los años de carrera, tomando cursos o postítulos para profundizar en los conocimientos ya obtenidos y así cumplir con los objetivos laborales que se propongan. No obstante ello, si bien es importante seguir aprendiendo durante la vida laboral, también lo es reconocer que los conocimientos obtenidos en la universidad son una base de partida muy sólida y una vez se vayan descubriendo las áreas de mayor interés, es posible decidir en qué materias continuar profundizando de manera de sentirse más cómodo(a) y seguro(a) en el lugar de trabajo.
Ante el surgimiento de dudas respecto a las propias capacidades y herramientas como profesional, se torna fundamental trabajar en la autoestima, entendida como la actitud interna con la que uno(a) se relaciona consigo mismo(a) y que permite lograr validarse a uno(a) mismo(a) en tanto ser una persona única y especial. Es decir, lleva a que uno(a) se perciba en lo cotidiano de cierta manera, ya sea valorando como se es y tomando en cuenta los aspectos en los cuales es necesario trabajar; o bien, al tener baja autoestima, con auto-reproches constantes, que llevan a dudar respecto al valor que uno tiene como persona. Cuando esto último sucede, se tiende a dar más relevancia de la necesaria a la opinión de otras personas. Tiende a suceder entonces que cualquier crítica recibida, en vez de percibirse como una oportunidad de mejorar un aspecto específico del trabajo realizado o de la forma de relacionarse con las demás personas, se siente como una crítica a nivel personal, activando la sobre exigencia como mecanismo para lograr dar respuesta a las exigencias de las demás personas y sentirse bien con uno(a) mismo(a), en tanto ser responsable y capaz.
Es necesario entonces aprender a reconocer en uno(a) mismo(a) las cualidades, fortalezas y características personales positivas, de modo de valorar quien uno es y lo que uno hace bien, estableciendo límites y filtros a la opinión y exigencias de terceros. Revisa algunas recomendaciones en nuestra columna sobre autoestima.
Al lograr seguridad de la propia valía, es posible enfrentar los desafíos profesionales teniendo mayor confianza respecto a las propias capacidades, tolerando de mejor manera la frustración, considerando y teniendo presente que la perfección no existe y que no debiese ser ese nuestro objetivo profesional.
Es importante valorar los propios conocimientos y habilidades, en tanto son un gran aporte a la institución de la cual se forme parte y permiten trabajar en mejorar los aspectos necesarios para desempeñarse responsablemente como profesional. Al reconocer el valor que uno(a) tiene como persona, es posible cuidarse a uno(a) mismo(a), aprendiendo a establecer límites a los requerimientos de los equipos de trabajo, a delegar y a decir que no cuando se necesite para así evitar asumir responsabilidades que no son propias o que no corresponden, para con ello prevenir que surja un elevado nivel de estrés que afecte la calidad de vida.