Jueves 10 de Diciembre de 2015
Diario El Longino de Iquique
Y pasó. Después de 17 años y una sola derrota electoral (reforma constitucional para instaurar la reelección indefinida), el chavismo volvió a perder. Esta vez fue la mayoría de la Asamblea Nacional, poder legislativo que puede convertirse en el ariete de una oposición decidida a derrocar al presidente Nicolás Maduro o a reconstruir la convivencia democrática mediante una trama de acuerdos y contrapesos que fortalezcan a la República Bolivariana, aunque ya no sea el socialismo del siglo XXI que quieren algunos.
Para que ello suceda, se necesita desarmar los espíritus y fortalecer las instituciones, abocarse a superar la crisis económica y acostumbrarse a gobernar con el otro. La fuerza sembrada por el comandante Chávez y sus reformas no pueden ser borradas de la faz de la tierra, sino proyectadas al futuro por un régimen que se legitima mediante una mejor praxis que la existente en la vieja República y solo los venezolanos pueden decidir si eso es así o no.
El socialismo en este siglo y en esta región no puede ser más que democrático. Por suerte, el Gobierno venezolano lo entendió de igual forma y reconoció el resultado. Hay que acompañar –que es distinto a intervenir– a nuestro pueblo hermano para que logre superar sus problemas, construyendo más y mejor democracia, en un Estado de derecho donde los ciudadanos no se dividan en amigos y enemigos. Ha llegado el momento de cosechar, aunque nada volverá a ser como antes…
Cristián Fuentes Vera
Cientista político
Profesor Universidad Central de Chile
Fuente: http://diariolongino.cl/