Estamos viviendo un fenómeno mundial que se conoce como transición demográfica. Eso significa, en cifras actuales, que 1 de cada 9 personas tiene 60 años o más; y la proyección para el 2050 indica que 1 de cada 5 estará en ese rango etario. Así se analizó en la inauguración de la Semana Saludable 2020, organizada por la DAVE de nuestra universidad, y del programa de talleres de apoyo a las Personas Mayores que realizamos en el marco de una alianza con la Seremi de Salud Región de Coquimbo.
Nuestro país no está ajeno a esta realidad. Chile registra un aumento en el índice de envejecimiento y de dependencia familiar; una cifra de esperanza de vida al nacer (2018) de 77,55 años para los hombres y 82,38 para las mujeres. A lo que se suman nuestros indicadores epidemiológicos, que se acercan a los promedios de naciones desarrolladas.
Sin embargo, como un contrasentido, también se ha registrado un incremento de las causas externas de muerte en la tercera edad: Suicidio, asesinato y accidentes. Esto nos debe llamar a la reflexión porque refleja cuáles son los problemas reales que afectan a este segmento de nuestra comunidad: soledad, abandono, bajas pensiones y pobreza.
Este panorama, así como sus proyecciones, exige abordar las temáticas asociadas a la situación sociocultural de la tercera edad de manera integral y de forma estratégica. En ese marco, es fundamental el rol que debemos cumplir las universidades, tanto en el plano de la educación de pre y postgrado, investigación e intervención, en un trabajo que no puede estar ajeno a las políticas públicas. En ese marco, es imperativo que el Estado abra espacios de colaboración en su institucionalidad. Sin olvidar el compromiso necesario y la importancia del sector privado en esta tarea.
Un ejemplo de ello es la iniciativa de talleres que hemos comentado; y también la participación de nuestros estudiantes de Psicología en el programa “Contención Psicoemocional para Adultos Mayores”, que impulsa el INJUV y que se concretó recientemente en la comuna de Andacollo. No obstante, creemos que falta mucho por hacer y como Universidad Central Región de Coquimbo enemos la voluntad de poner nuestras capacidades académicas y profesionales para contribuir efectivamente al bienestar y calidad de vida de este grupo etario; pero muy especialmente, hacemos un llamado a todos y todas para ocuparnos, desde nuestros diversos ámbitos de acción, de quienes se encuentran hoy en las llamadas tercera y cuarta edad. Eso constituye la mejor forma de honrar nuestras raíces y nuestra historia.