Miércoles 16 de Octubre de 2019
La temática central a tratar fue la alimentación saludable y su contribución a combatir problemas como la obesidad y el cambio climático.
Con el lema “Una alimentación sana para un mundo #HambreCero", la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), conmemora este 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, iniciativa que buscar seguir apostando para que todos tengan acceso a la comida y que además ésta sea saludable y cubra los requerimientos de cada persona.
En el marco de la proclamación de esta fecha, la carrera de Nutrición y Dietética a través de su docente, Francis Alfaro, desarrolló la jornada académica: “Dietas saludables para un mundo sin hambre”, actividad que contó con la participación como invitadas de la Dra. en Ciencias e Ingeniería de los Alimentos y académica de la Universidad Central en Santiago, Loreto Muñoz y la Mg. en Salud Pública y profesional del Departamento de Promoción de Salud y Participación Ciudadana de la Seremi de Salud Coquimbo, Natalia Alaniz.
La jornada comenzó con la exposición de la Dra. Loreto Muñoz quien se refirió a los estudios sobre la semilla Chía; su historia, propiedades y cómo su consumo impacta positivamente en la salud de las personas. “Desde el 1991 se empiezan a reintroducir las semillas ancestrales que se utilizaban antiguamente, y que por diferentes motivos los colonizadores prohibieron su consumo y cultivo. Hoy la Chía ha ganado prestigio y reconocimiento y todos quieres consumirla, gracias a sus bondades tales como el aceite omega- 3, propiedad que ayuda, por ejemplo, a bajar el colesterol”, destacó la experta.
Por su parte, la Mg. Natalia Alaniz expuso sobre el concepto de alimentación sustentable, asociado a malos hábitos en las dietas y que tienen una directa relación con el cambio climático. Estudios de la FAO demuestran que en los últimos años la comida rápida ha desplazado en gran medida a los alimentos del hogar y también ha sustituido ingredientes importantes como frutas y verduras, por harina, azúcar, grasas y sal. “También evidenciamos que existe una gran producción alimentaria que se pierde, de hecho un tercio de la alimentación producida en el mundo se desperdicia, sin embargo, para previo a su consumo hubo una producción que conlleva gastos de agua, utilización de suelo, recursos tecnológicos, humanos, etc. Es decir tenemos que saber también que hay muchos alimentos que tienen una huella de carbono para tomar medidas al respecto”.
Preferir las comidas hechas en casa, elegir alimentos más saludables para los niños, y ampliar la gama de frutas y vegetales que conocemos, son parte de las recomendaciones que entrega la FAO para contribuir a una alimentación más sana. Puntos que también fueron abordados por las expertas y escuchados atentamente por estudiantes y académicos que asistieron a la jornada.