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Lunes 17 de Noviembre de 2014

Interesante debate en coloquio Eutanasia y Muerte Digna

En el encuentro se abordaron las aristas legales y bioéticas respecto de la eutanasia, así como la necesidad de incorporar las voluntades anticipadas a la legislación y mejorar los cuidados paliativos en nuestro país.

Con un auditorio repleto y público muy participativo, se desarrolló el coloquio Eutanasia y Muerte Digna, que contó con la presencia de la Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, María Soledad Cisternas; el director del Programa de Bioética de la Facultad de Ciencias de la Salud, Francisco León; y Jorge Ulloa, director del Departamento de Derecho Privado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Central.

La Dra. Nelly Baeza, encargada del Programa de Salud Pública de Facsalud y moderadora del coloquio, destacó que para construir una política pública los profesionales de la salud tenemos que convocar a los que saben de legislación, "razón por lo cual se realizó este ejercicio académico para empezar a entender, desde el pregrado, que la sociedad la construimos todos desde cada una de nuestras disciplinas", indicó.

El rector Rafael Rosell, en tanto, relevó la necesidad de llevar el tema de la eutanasia a la academia. "Como universidad queremos que cada persona se forma su opinión, abriendo el debate, la conversación y la profundización de esta temática desde el punto de vista ético, humano y moral".

El primer expositor, Francisco León, quien ha trabajado como asesor desde la ética en hospitales y centros de salud, aclaró que existen pocas consultas sobre eutanasia. "Hay muchas consultas sobre cuidados al final de la vida, tratamientos desproporcionados y encarnizamiento terapéutico que llevan a una muerte indigna".

León señaló que junto con la discusión sobre la eutanasia, que claramente se debe abrir como espacio de debate, hay que mejorar sustancialmente los cuidados paliativos en enfermos terminales y crónicos. "En Chile estamos haciéndolo mal, ya que no disponemos de centros de cuidados paliativos. Por esta razón, en caso de que existan recursos económicos, los hospitales se transforman en centros de larga estancia para pacientes terminales, donde fallecen llenos de tubos, muchas veces sin sus seres queridos a su lado", explicó el experto en bioética.

"Fue un error eliminar de la Ley de Derechos y Deberes del Paciente las voluntades anticipadas, donde la persona establece podría establecer los límites de la asistencia terapéutica en la urgencia". Y, enfático, precisó que "eso sucedió porque hay un enorme miedo a todo lo que suene a eutanasia".

Por su parte, el abogado Jorge Ulloa realizó un análisis crítico del proyecto de ley de Eutanasia presentado por los senadores Rossi y De Urresti y reflexionó sobre las aristas morales y políticas que involucran tanto la eutanasia activa como los testamentos vitales. "Se trata de dilemas para profesionales de la salud, juristas, filósofos y familiares en casos de sensible decisión", expuso el docente de la FCJS.

Asimismo, Ulloa puntualizó la resistencia que ha tenido este proyecto de ley, no sólo desde la clase política más conversadora de nuestro país, sino que también desde un sector importante del conglomerado oficialista.
"Miles de personas enfermas y sus familias a diario se debaten entre un vivir agónico y sufriente y la imposibilidad de una muerte digna, mientras muchos actores políticos de nuestro país han juzgado que el tema no es oportuno. Esta postura de esconder la cabeza como una avestruz supone el hecho de que la ciudadanía no está preparada para un debate".

El docente analizó el proyecto de ley, de acuerdo a los conceptos de eutanasia activa, eutanasia pasiva, eutanasia precoz, auxilio al suicidio y voluntad presunta, entre otros.

Finalmente, la abogada María Soledad Cisternas, presidenta del Comité de Derechos Humanos en Discapacidad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Premio Nacional de Derechos Humanos 2014, analizó el proyecto de ley sobre eutanasia desde la discapacidad.

La Premio Nacional de Derechos Humanos 2014 argumentó a quienes declaran que "los chilenos no estamos preparados para el debate de la eutanasia", que entonces hay que irse preparando como sociedad.

Respecto de la discapacidad y el deseo de eutanasia, María Soledad Cisternas expresó que quizá desde fuera la calidad de vida puede parecer insoportable en una persona con discapacidad, pero que la praxis muchas veces demuestra que ellos quieren mantener la vida. En ese sentido, manifestó la necesidad de un cuidado extremo en distinguir entre una enfermedad letal y una enfermedad incurable, especialmente cuando se trata el concepto de eutanasia pasiva.

Ambos juristas criticaron del proyecto el hecho de que se deje en manos de una comisión ética la decisión final de una petición de eutanasia, siendo que las comisiones de ética siempre deben tener un rango consultivo pero no resolutivo.