Viernes 6 de Octubre de 2023
La Unidad de Género y Diversidad organizó el espacio “Mujeres en movimiento: diálogos de feminismo decolonial”, que convocó una importante participación tanto de la comunidad universitaria como de público externo.
El pasado jueves 5 de octubre y faltando pocos minutos para las 15:00 horas, el Salón Rojo del edificio Gonzalo Hernández Uribe llenaba sus asientos de más y más personas a la espera de la invitada internacional, Ochy Curiel, activista dominicana y teórica fundamental del feminismo autónomo, lésbico, antirracista decolonial; quien, junto a Iris Hernández, doctora en estudios latinoamericanos, activista lesbofeminista decolonial y académica de esta Casa de Estudios pusieron en marcha el espacio “Mujeres en movimiento: diálogos de feminismo decolonial”, conversatorio organizado la Unidad de Género y Diversidad (UGD).
Para contextualizar el encuentro, Ángela Morales, jefa de la UGD expresó que lo que persigue el feminismo decolonial es “situarnos y desafiar nuestras propias estructuras coloniales que en Latinoamérica se encuentran arraigadas profundamente en nuestras sociedades y, lo que se nos propone es examinar y ver las relaciones de poder, hasta repensar la subordinación, la desigualdad que nos atañe, incorporando la mirada interseccional, para comprender la diversidad de mujeres y talvez hablar de la diversidad de cuerpos e identidades, de modo de poder desmantelar la opresión y mostrar cómo no existe una única forma de experimentar el ser mujer o vivir la desigualdad y opresión”.
Las académicas Curiel y Hernández dieron inicio al diálogo desde el planteamiento de cómo llegan al feminismo decolonial y la relevancia que esto tiene para su activismo, desde los cuestionamientos a lo que denominan como “el monólogo occidental de género” y siendo una corriente crítica o un “feminismo en oposición”.
En ese sentido, Hernández destacó que “la idea de raza reproduce jerárquicamente lo social a través del racismo, con consecuencias que son súper concretas que tienen que ver con el lugar debilitado que aún ocupan las mujeres racializadas -campesinas, negras, indígenas- en el tejido feminista, con la circulación de saberes que están comandados por las elites blancas -pensemos en las academias, quienes nos hacen clases y cuál es el color que tienen esas personas-, con las relaciones económicas que siguen produciendo condiciones esclavistas, precisamente para estas mismas comunidades”.
En tanto, Curiel señaló que “la descolonización es violenta porque significa un proceso de desenganche bastante duro, porque implica desaprender pensamientos, epistemologías y las prácticas cotidianas, colectivas, políticas, entre otras”, lo que catalogó como el principal desafío para mantener coherencia en su activismo tras más de 500 años “en esta vida tan colonizada y moderna”.
Ambas expertas coincidieron en que la idea de esta corriente del feminismo persigue la construcción de un proyecto de liberación que no solamente acaba con la matriz de opresión, sino que además “crea y recrea mundos posibles donde se viva más en paz”, destacó Curiel.
Tras finalizar el conversatorio, se abrió un espacio para consultas y comentarios, donde mujeres de la audiencia participaron y ofrecieron sus puntos de vista sobre la relevancia de este tipo de encuentros y lo que significa de cara a la construcción de sociedades que comprenden la igualdad de género y justicia social.