Rompiendo el Silencio: ¿Por qué nos cuesta denunciar la violencia sexual?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la violencia sexual es un fenómeno de gran magnitud, es un problema de salud pública y es concebida como una violación a los derechos humanos. Afecta mayoritariamente a mujeres, niñas y adolescentes, lo que se refleja en las cifras otorgadas por ONU Mujeres, que da cuenta que en todo el mundo una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental.

Durante los últimos años, Chile ha registrado un aumento en las denuncias por violencia sexual pasando de 12% en 2012 a un 23% en 2017. Sin embargo, el 77% de las mujeres que ha sufrido violencia no ha denunciado su caso.

En concordancia con lo anterior y considerando la magnitud del fenómeno y la dificultad que presentan las personas para realizar una denuncia por violencia sexual, la Unidad de Género y Diversidad de la Universidad Central, elaboró un material informativo con el fin de sensibilizar a la comunidad universitaria respecto a este tipo de violencia que se manifiesta a través de: acoso sexual, abuso sexual y violación, lo que se puede dar en el ámbito privado o público.

El objetivo es tener una aproximación a este fenómeno, de manera que permita comprenderlo y actuar oportunamente siendo de ayuda para quienes lo necesiten. A su vez, pretende derribar mitos, como por ejemplo sobre la víctima y victimario, así como también contestar interrogantes que pueden emerger alusivas a entender los motivos por lo que una persona no lo cuenta, o bien no denuncia oportunamente.

Asimismo, en el documento se exponen aquellas razones por las cuales resulta complejo y difícil realizar una denuncia por parte de la víctima, mayoritariamente es porque es una experiencia traumática, difícil de probar, siendo en su mayoría el agresor un cercano o parte del grupo familiar.

A su vez, con este tipo de iniciativas, se busca desnaturalizar la violencia de género y desculpabilizar a las víctimas de aquellas conductas violentas, que atentan contra su integridad física y psíquica, y que dejan consecuencias graves en la vida de las personas.

“Dimensionar y entender la complejidad del fenómeno, posibilitará prevenir la victimización secundaria en la medida en que las personas que se tengan que enfrentar a un relato o situación de ésta índole, puedan actuar en función de las necesidades de que aquella persona que lo necesita, desde un lugar empático, respetuoso y que posibilite la escucha y contención”, agregó Ximena Diaz, psicóloga de la Unidad de Género y Diversidad. 

Si bien el material se encuentra disponible en la página web de la Unidad de Género y Diversidad, puedes descargarlo pinchando AQUÍ