Martes 20 de Diciembre de 2016
Un panel de expertos debatió, desde sus respectivas disciplinas, acerca de este tema y su importancia en la enseñanza universitaria, así como en el desarrollo laboral de las personas. La actividad se efectuó en el marco de la Bienal de Arquitectura y Urbanismo 2017.
En la actualidad no basta con que los profesionales adquieran conocimientos o destrezas técnicas para realizar correctamente ciertas tareas y funciones propias de sus labores.
Aquello, denominado como habilidades duras, también deben ser complementarias a las llamadas habilidades blandas, las que dependen básicamente de los aspectos personales de un individuo. Entre estas se encuentran la capacidad de trabajar en equipo, de relacionarse con los pares, escuchar, comunicarse con los otros, analizar, delegar y liderar, entre otros.
Con el tiempo, dichas habilidades han ido cobrando cada vez importancia como parte de la formación en el pregrado y el postgrado, en la selección de candidatos para un cargo en una empresa, en el desempeño laboral de las personas y en cómo se las puede potenciar. Dada su relevancia, es que la Escuela de Arquitectura decidió abordar este tema a través del conversatorio "Habilidades blandas y arquitectura".
El encuentro contó con las exposiciones del arquitecto y curador XX Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile, Claudio Magrini, la encargada del Área Urbana, programa Quiero Mi Barrio, la arquitecta Ximena Cabello; la Directora Ejecutiva Fundación de Egresados y Amigos FUDEA USACH, la psicóloga Úrsula Shulz; la Directora de Instituto Conexiones, Erika Castro y el Director del Instituto del Patrimonio UCEN, Miguel García.
En la oportunidad los panelistas trataron varios aspectos relacionados con el manejo de las habilidades blandas y su relación con la enseñanza de los futuros arquitectos. Entre estos puntos estuvo un repaso por la Teoría de las Inteligencias Múltiples, planteada en 1983 por el psicólogo Howard Gardner, y cómo las escuelas de arquitectura están promoviendo las habilidades blandas y si ellas podrían llegar a formar parte de una muestra o de un proyecto.
Otros puntos de la jornada tuvieron relación con la idea de generar una buena cultura, la demanda creciente de las comunidades organizadas y su participación en el contexto urbano, y la conciencia de conseguir mejores niveles de calidad de vida, entre otros.
"Este conversatorio nos permitió abrir un diálogo 'impostergable' acerca de un tema que va cobrando relevancia y que nos obliga a repensar el rol del arquitecto en la sociedad, que cada vez es más importante para lograr una alfabetización económica considerando los modelos de desarrollo vigentes" resaltó el director de la Escuela de Arquitectura, Uwe Rohwedder.
Además, agregó que al existir una preparación efectiva para generar diálogo y participación colectiva, "los profesionales también puedan ser agentes de cambios efectivos y propositivos, que es donde esta conversación vuelve a bajar a nuestra disciplina".
También, precisó que una mejor conexión con las emociones "nos sitúa de vuelta en lo creativo y en la carrera" y añadió que una buena arquitectura acompaña siempre al buen vivir y "la otra sólo resuelve un asunto visual y estético que, al agregar el componente ético nos devuelve la necesidad y existencia del arquitecto".
Por último, enfatizó que el conversatorio permite construir y primer un diálogo o una "provocación" para nuestra participación de la FAUP en la próxima Bienal de Arquitectura, a efectuarse el próximo año.