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Martes 10 de Octubre de 2023

Prevención del Suicidio, una Mirada al fenómeno en Personas Mayores.

Por: Verónica Guerra Ibacache, Terapeuta Ocupacional, Mg. en Abordaje de Personas Mayores y Envejecimiento. Académica de la Carrera de Terapia Ocupacional, Universidad Central de Chile.

Chile se encuentra en un proceso demográfico de envejecimiento avanzado, esto quiere decir que, la cantidad de personas que superan los 60 años, se ha incrementado considerablemente en comparación a otros grupos etarios.

Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), al año 2050 la población en tercera y cuarta edad alcanzará las 6.942.883 personas. Este número nos muestra la envergadura que tiene y tendrá este grupo, además, nos desafía como sociedad a observar con detención sus necesidades y características.

Dentro de ellas, es importante recalcar que según cifras del Observatorio de Envejecimiento UC-Confuturo, en su publicación del año 2022, las personas mayores con dependencia alcanzan sólo 14%, siendo la gran mayoría de las personas mayores independientes en sus actividades cotidianas (85%). La independencia y autonomía son muestras de salud en la población mayor. Sin embargo, esto se ve acompañado de diversidad de factores que pueden afectar la calidad de vida en esta etapa: presencia de enfermedades crónicas, cambio en ingresos económicos, acceso a trabajo, percepciones sociales de la vejez, disponibilidad de apoyo social, entre otras.

En este sentido, es que surge una alarmante problemática que viene tomando fuerza en nuestra sociedad hace algunos años: las altas cifras de suicidio de las personas mayores en Chile.

Según el Informe de Mortalidad por Suicidio en Chile (2010-2019) publicado por el Ministerio de Salud en el año 2022, las tasas de suicidio de personas mayores de 60 años, fluctúan entre 12 y 15.67 por cada 100 mil habitantes mayores de 5 años. Si se analizan las cifras considerando el sexo, las personas de sexo masculino presentan las más altas cifras, llegando al dramático número de 39.46 por cada 100 mil habitantes, en mayores de 80 años, siendo esta cifra la más alta a nivel país. Se ha descrito que las tasas de suicidio son más altas en personas de sexo masculino, superando ampliamente las cifras de las personas de sexo femenino.

El Programa Nacional de Prevención de Suicidio (2013), expone que la frecuencia de suicidio aumenta dramáticamente en los mayores de 60 años; por lo tanto, el riesgo de suicidio aumenta con la edad. Igualmente expone que el suicidio en la vejez se caracteriza por realizar menos intentos, utilizar métodos efectivos (alta letalidad), mostrar menores señales de aviso y que podrían tomar forma de “suicidios pasivos” (dejarse morir).

Por otra parte, el fenómeno suicida tiene regularidad en su presentación, lo cual es llamado como “estacionalidad”. Esto quiere decir que las conductas suicidas presentan un alza en determinadas épocas del año. Es posible identificar que las cifras de suicidio se incrementan entre los meses de agosto y enero.

Se ha observado también que la reducción del contacto con personas significativas, puede ser un factor influyente en este fenómeno y en particular, que la soledad no deseada disminuye la satisfacción con la vida.