El valor del Juego en la Infancia: mucho más que una simple forma de pasar el tiempo

El juego, es un fenómeno complejo y multidimensional, que es definido por la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (AOTA, 2020) como “actividades que están motivadas de forma intrínseca, controladas de manera interna y libremente elegidas, que pueden incluir la suspensión de la realidad”.

Según la Convención sobre los Derechos del Niño, el juego es un derecho fundamental, al mismo nivel que la educación, la salud y la protección.

El juego, se concibe como algo instintivo y propio de la infancia, el cual no solo favorece el desarrollo, sino que también promueve la creatividad, la cooperación y la resiliencia, a nivel individual, escolar, familiar, político y cultural.

A pesar de la importancia que se destaca anteriormente, el tiempo destinado al juego ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. Esto expone Heike Freire, psicóloga y experta en educación, quien refiere que se han perdido alrededor de 25 horas semanales de juego espontáneo durante los últimos 30 años.

Esta reducción podría ser vinculada a la carencia de espacios seguros para el juego, la turbulenta rutina familiar, el aumento de las actividades estructuradas y el uso excesivo de dispositivos electrónicos.

En la infancia, el juego no es un lujo, es un derecho y una necesidad. Es esencial por consecuencia, integrar políticas que valoren el juego en los contextos educativos y sociales, reconociendo su rol esencial en el desarrollo infantil y el bienestar futuro de la sociedad.