Jueves 5 de Diciembre de 2019
Estos últimos años se han levantado cientos de campañas en contra de la violencia hacia las mujeres y a favor de las libertades e integralidad en la salud física y mental desde las mismas.
Pero la voz de los hombres ha sido muy débil y a ratos casi un obstáculo en post de la equidad de género. Pero hace años, unos pocos varones, primero en Canadá, han decidido hacerse cargo de la violencia machista, lanzando la campaña del “ Lazo Blanco”. Una de las estrategias ha sido poner su símbolo en Universidades y lugares de trabajo, visibilizando que hay hombres que promueven espacios seguros para mujeres. Pero algunos han querido ir mas allá, levantando programas reeducativos para hombres que desean renunciar a la violencia de pareja, algunos en el ámbito judicial y otros de carácter voluntario.
Desde la promulgación en Chile de la ley 20.066, aparece la posibilidad de derivar a tratamiento a varones imputados por violencia intrafamiliar , pero las ofertas son insuficientes; a nivel estatal hay un programa por región , con 150 vacantes aproximadamente, dependiente del SERNAMEG y una lista de espera de más de 3 meses, lo que demuestra un gran interés . Por otro lado los programas de fundaciones o municipios dependen de un financiamiento basado en concursos o donaciones para las asignaciones de fondos y muchos de ellos ya han cerrado.
Tanto en Chile como en la Comunidad Económica Europea los programas para hombres tienen una efectividad de un 50 a 55%, lo que significa que 1 de cada 2 hombres que asisten abandona la violencia.
Por cada varón que elimina la violencia hay mínimo 2 mujeres sobrevivientes, la actual y la futura pareja, en caso de separación, ya que rara vez los varones viven solos. Con esto los hombres y el Estado podrían aportar a una vida más segura para las mujeres.
Alexis Valenzuela
Coordinador
Observatorio de Salud en Masculinidades