Viernes 29 de Abril de 2016
Expusieron sus experiencias dos expertos en salud, quienes coincidieron en la necesidad de humanizar los últimos momentos de la vida de las personas.
Moderó el coloquio el profesor Francisco león, Director del Programa de Bioética, y participaron el Dr. Alberto Muñoz, médico cirujano, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de la Mutual Chilena de Seguridad, y la docente de la Escuela de Enfermería UCEN Doris Sequeira, enfermera, Dra. en Gerontología Social y miembro de la Directiva de la Sociedad Chilena de Enfermería Geronto Geriátrica.
Doris Sequeira realizó una exposición centrada en los adultos mayores, muchas veces con patologías crónicas, y lo que sucede en las hospitalizaciones en los momentos finales de su vida, donde muchas veces no se realiza una atención humanizada. "Se ha institucionalizado la muerte en el hospital, en un ambiente en que la familia no puede acompañar y preparar adecuadamente el duelo próximo. A los pacientes mayores se les contiene para evitar caídas, se utilizan pañales aunque no sean estrictamente necesarios, la información de su situación clínica se les da a sus familiares. Son tratados, en definitiva, como niños pequeños y no como adultos que en muchas ocasiones tienen plena competencia y autonomía", explicó la profesora.
El Dr. Muñoz, por su parte, expuso sus experiencias de bastantes años al frente de una Unidad de Cuidados Intensivos. Junto a los adelantos para conseguir la recuperación de pacientes críticos que antes fallecían, con una tecnología cada vez más amplia a su disposición, también se han generado nuevos problemas de hasta dónde aplicar esa tecnología.
Los nuevos problemas éticos de limitación y adecuación del esfuerzo terapéutico a la situación de cada paciente: no realizar encarnizamiento terapéutico, cómo entregar la información a la familia que en muchas ocasiones es la que quiere seguir realizando maniobras ya inútiles.
"En todos estos dilemas bioéticos, el equipo de profesionales de la UCI ha ido cambiando de mentalidad y trata de ajustarse a criterios éticos de proporcionalidad de los tratamientos, contando para eso muchas veces con la ayuda externa del Comité de Ética asistencial", expresó el facultativo.
A juicio del experto se necesita de un cambio cultural, tanto por parte de los profesionales de la salud como de los pacientes y sus familiares, para conseguir en definitiva una muerte más humana, para humanizar los momentos finales de la vida de las personas.