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Jueves 19 de Diciembre de 2024

Eva Merello Baeza, estudiante de Nutrición y Dietética: "Tengo un hambre inmenso de comerme el mundo”

Compartimos la experiencia inspiradora de Eva, quien en el marco del aniversario 42 de Universidad Central de Chile, recibió un reconocimiento por sus destacados logros académicos.

Eva Merello Baeza, estudiante de la carrera de Nutrición y Dietética, se ha destacado no solo por su rendimiento académico sino también por su incansable lucha contra las adversidades. A pesar de haber nacido con síndrome de Usher 2, una condición que afecta tanto su visión como su audición, Eva ha logrado transformar lo que inicialmente parecía un desafío insuperable, en una fuente de motivación y superación.

"Ha sido una buena experiencia, ya que la carrera me ha respaldado muchísimo dada mi situación de discapacidad", comenta Eva, quien explica que si bien la universidad no puede hacerlo todo, siempre ha recibido el apoyo necesario de los docentes y de los servicios de Inclusión, lo cual ha sido clave para su éxito. "Siempre que pueden, me dan ánimo, y eso refuerza en mí las ganas de seguir", agrega.

La estudiante relata que, a pesar de no haber tenido adecuaciones en la etapa escolar y no haber recibido un diagnóstico claro sobre su condición hasta los 34 años, enfrentó su ingreso a la educación superior con mucho valor. "Me sentía como un Ferrari con una rueda pinchada", cuenta refiriéndose a los retos que enfrentaba para lograr acceder a los contenidos y participar plenamente en la universidad. Sin embargo, el apoyo de la tecnología, herramientas como Chat GPT y el esfuerzo conjunto con sus profesores, quienes aprendieron con ella, le permitió superar esos obstáculos y adaptarse al ritmo de la universidad.

A pesar de las dificultades, como la frustración que sintió en su segundo año debido a las limitaciones de su visión, Eva  nunca perdió la motivación. El respaldo de su comunidad universitaria, en particular de Tatiana Esparza, encargada de Inclusión, y Javiera Yañez, directora de la carrera, fueron esenciales para seguir adelante. "Siempre me impulsaron a ser mejor y a no rendirme", subraya.

Hoy, terminado su segundo año y en el marco del reconocimiento  entregado por la Vicerrectoría Académica, en el aniversario 2024 de la Universidad, Eva se siente emocionada y fortalecida. "Es un estímulo ver que hay personas que valoran el esfuerzo, me motiva a seguir haciendo las cosas bien, porque sé que voy por el camino correcto", afirma. Además, tiene claro qué la impulsa: el futuro. "Tengo un hambre inmenso de comerme el mundo. Mi momento llegó, y estoy dispuesta a hacer todo lo necesario para que así sea", dice con determinación.

El reconocimiento por su esfuerzo no solo ha sido académico. La comunidad universitaria ha destacado su desempeño, y Eva  expresa su gratitud a los docentes que le han brindado su apoyo incondicional, como los profesores John Valdés y Astrid Manríquez. "Han dado todo para que mi estadía en la carrera sea lo más amorosa posible", asegura. Este reconocimiento ha fortalecido su esperanza de que, en el futuro, tendrá un trabajo donde podrá continuar demostrando su potencial.

El ejemplo de Eva  es un testimonio de la importancia de una educación inclusiva y de la capacidad de la universidad para ofrecer un espacio en el que todos, independientemente de las dificultades que enfrenten, puedan encontrar su lugar y alcanzar el éxito.