Martes 1 de Septiembre de 2020
El seminario realizado por el Instituto de Investigación e Innovación en Salud y la carrera de Kinesiología de Coquimbo, abordó la rehabilitación respiratoria y el regreso a la actividad física tras el confinamiento.
En Chile ya son más de 400 mil casos de contagiados por COVID-19 y un 10 por ciento de ellos estuvieron hospitalizados. La enfermedad afecta las vías respiratorias y puede provocar desde un cuadro leve hasta una insuficiencia respiratoria aguda (IRA) y neumonías, con compromiso de otros sistemas que pueden ocasionar la muerte, aseguró Gonzalo Hidalgo Soler, especialista DENAKE en Kinesiología respiratoria y kinesiólogo clínico del Hospital Luis Calvo Mackenna.
El expositor explicó; “que en los pacientes con compromiso severo que sobreviven, se producen alternaciones sistémicas diversas que involucran el aparato respiratorio, cardiovascular, musculo-esquelético, neurológico, entre otros. Pero el órgano más afecto es el pulmón y este deterioro funcional puede durar años en desaparecer”.
El 80 por ciento de los pacientes contagiados tiene un compromiso leve con una recuperación en una semana y el 20 por ciento un compromiso severo. De este 20 por ciento, un 5 por ciento tiene riesgo de muerte, que en su mayoría son personas de edad media, mayores y con morbilidad.
La rehabilitación en estos casos es fundamental, luego que un paciente COVID recibe el alta, desde los casos más leves a los hospitalizados. En la oportunidad Hidalgo presentó una breve pauta de los ejercicios que deben realizar quienes tuvieron el virus.
Como segundo exponente, estuvo el director de la carrera de Kinesiología de la Región de Coquimbo, Claudio Jorquera, quien además es supervisor de la Sociedad Chilena de Medicina del Deporte. El académico abarcó acerca del retorno de la actividad física en nuestro país, considerando la complejidad que implica la masividad. El confinamiento llevó al sedentarismo, que ya era alto en nuestra población y a nivel mundial. Se realizó una gran suspensión de eventos masivos y los deportistas tuvieron una inactividad competitiva promedio de tres meses, que ha generado una serie de consecuencias.
“Por muy placentera que se la actividad que realicemos, debemos tener la prevención por sobre todas las cosas, la actividad física es importante, pero más la salud global”, concluyó Jorquera.
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