Norma Silva-Sá, Psicóloga Estudiante de Doctorado en Psicología UAH y Docente de la Escuela de Psicología Ucen
La película belga “Close” (Lukas Dhont, 2023), disponible en los principales canales de streaming, revela la historia de dos chicos en su adolescencia. Son amigos que felices pasan mucho tiempo juntos durante el verano, entre andar en bicicleta, correr, crear juegos y dormir en la misma cama hay apoyo mutuo y una camaradería abierta y amorosa. Pronto llega el inicio del curso escolar y los amigos, que van juntos al colegio, se topan con la dureza de los estereotipos de género y el binarismo sexo-género entrelazados en las relaciones humanas, institucionalizados y distribuidos en diferentes voces de la sociedad.
La película nos da muchos matices sobre la socialización de niñas y niños dentro del sistema binario de género y por supuesto enfatiza lo que esperamos de las personas categorizadas como hombres: guardar silencio sobre sus miedos, sueños y amores, no llorar, no mostrar afecto. públicamente, usar la violencia cuando se debe dialogar, practicar ciertos deportes, ser fuerte, trabajador y una serie de otras exigencias y expectativas que promueven y ratifican el modelo hegemónico de ser hombre.
Los amigos Leo y Rémi no pueden eludir las expectativas sociales, no pueden continuar la relación afectiva, sincera, cómplice y físicamente cercana que estaban viviendo. La amenaza del bullying los persigue y Leo, más que Rémi, hará cualquier cosa para distanciarse de las sospechas de homosexualidad, pasando en silencio por los sufrimientos y riesgos de la masculinidad hegemónica. Rémi no sobrevivirá, no podrá soportar la separación de su amigo. Se suicida en una sociedad en la que el sistema homofóbico deslegitima el amor entre hombres.
En 2019, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 78% de los casos de suicidio fueron hombres. A nivel mundial se estima que entre el 10 y el 17% de los hombres presentan, en algún momento de su ciclo vital, estados depresivos y en Chile, según el Ministerio de Salud, 1 de cada 10 hombres presenta signos o síntomas de depresión cada año, mientras que las mujeres son 1 de cada 5. Sin embargo, es un hecho que los hombres no buscan servicios de salud mental en la misma proporción que las mujeres, lo que dificulta obtener datos precisos sobre la depresión en los hombres y su relación con las tasas de suicidio y menos aún las vidas perdidas por la homofobia y la insistente dominación de la masculinidad hegemónica sobre otras masculinidades, aquellas que son subordinadas, marginadas, invisibilizadas y excluidas.
Volviendo a los chicos de la película, Leo, aunque sea inconscientemente, asume la categoría de masculinidad cómplice y se aferra a estándares hegemónicos para sostener su vida, mientras que Rémi no puede soportar vivir bajo la opresión y la vigilancia constante de estándares que no encajan en su ser. Su vida ya había sido descartada incluso antes de su suicidio.