Lunes 11 de Mayo de 2020
Columna de opinión del académico de la carrera de Psicología Fabián Nichel Valenzuela.
Son variadas las consecuencias psicológicas y físicas de la situación sanitaria de emergencia que estamos viviendo. Principalmente por el cambio abrupto que ha sufrido nuestra vida cotidiana en diversas rutinas, formas de relacionarnos y encontrarnos entre nosotros y nosotras. Las consideraciones de distanciamiento físico y encierro han modificado la forma en la cual vivimos el día a día. En este cambio de vida cotidiana, hay ritos, que tienen diversas funciones psico-sociales y que se han visto alterados. Con “ritos” nos referimos a situaciones cargadas de simbolismo, relevante para las personas, que se han construido mediante nuestras interacciones e historia a lo largo de la vida.
En este nuevo contexto, las personas nos podemos sentir desorientados de cómo actuar, ya que la ritualidad cotidiana que hemos construido ha cambiado de forma abrupta. Por lo tanto, es necesario desplegar nuevas estrategias que permitan rescatar el sentido de diversos ritos cotidianos, y compartir aquellas que han dado buenos resultados. Los cumpleaños, el día de la madre o padre, aniversarios o, uno de los temas más complejos de abordar, un velorio o funeral están enmarcados en un nuevo contexto y nuevas normas sociales que pueden afectar la función básica de cada uno de estos ritos sociales.
Sin lugar a dudas, uno de los temas más sensibles en esta pandemia, será vivir el proceso de duelo (por COVID-19 u otras razones) debido las restricciones de acercamiento físico y de asistentes a velorios y funerales. Gestos e interacciones, a las cuales hemos estado acostumbrados, como los abrazos se pueden ver limitados en estas instancias.
Tanto los velorios como los funerales cumplen una función social en el proceso de duelo, comprendido como la reconstrucción de un mundo de significados propios a partir de la pérdida de una persona cercana y/o querida. Son espacios de encuentro, de conversación, de desahogo, e incluso de humor, de cercanía física y emocional. Constituyéndose como espacios de apoyo y reconocimiento mutuo. Sin embargo, si vivimos alguna de estas situaciones será importante que pensemos formas diferentes de afrontarlo. Requerirá de creatividad y, por sobre todo, de preguntarnos por el sentido y simbolismo que tienen estos espacios para cada uno y una de notrosas/os.
Algunas estrategias, que han desplegado personas que han vivido un duelo en tiempo de coronavirus, han sido encontrarse virtualmente con personas relevantes para su proceso, buscar formas de despedirse de la persona con fotos o pequeños rituales propios: como prender una vela junto a una imagen del ser querido y pensar en algunas preguntas: “¿Qué aprendizajes me dejó esta persona? ¿Cuáles recuerdos tengo más presentes y por qué? ¿Qué agradezco de mi encuentro y relación con esa persona?”. Son preguntas que nos permitan recordar el simbolismo y sentido que le otorgamos a esos ritos que hoy están interrumpidos.
Por último, siempre es necesario recordar que en tiempos de emergencia sanitaria y social es necesario actuar y pensar en forma colectiva en pro de nuestro bienestar psicosocial, a través del apoyo mutuo entre familiares, amigas/os, vecinos/as y pobladores. Debemos volver a la comunidad.