Lunes 18 de Mayo de 2020
Columna de opinión de Norma Sá, psicóloga, estudiante del Magíster Estudios de Género y Intervención Psicosocial de la Universidad Central de Chile, tesista del Observatorio de Salud en Masculinidades y tesista de la investigación Construcción de la coparentalidad en parejas de padres primerizos: Integrando las representaciones e interacciones de sus protagonistas (Fondecyt).
Estamos en Santiago de Chile, los casos de contaminación por Coronavírus crecen diariamente, las escuelas y salas cunas están cerradas desde la segunda quincena de marzo en todo el país, el gobierno comunica que la Región Metropolitana entrará en cuarentena total en los próximos días y hay comunas que pasaran más de seis semanas en cuarentena, llevando millares de personas al distanciamiento social obligatorio. Las familias están en aislamiento, la mayoría sin servicios de nanas o abuelas para apoyar con los cuidados de sus niños y niñas o en las tareas domésticas, que ahora están ampliadas con todo el protocolo de aseo para evitar la contaminación por COVID-19.
Son madres y padres que necesitan hacerse cargo de los cuidados de sus hijos e hijas en la mayoría de las familias y la división de tareas doméstica y de cuidados no es igualitaria, son las mujeres que están sobrepasadas, un claro reflejo de las desigualdades de género. La encuesta en 14 países de América Latina[1] encontró que solo 3,2% de los hombres declara estar fuera de la fuerza de trabajo por atender tareas domésticas y de cuidado, mientras mitad de las mujeres en edad laboral declara lo mismo. La presencia de la mujer en el mercado de trabajo, aunque en expansión en Chile, no conlleva necesariamente a cambios en la paternidad o en la inequitativa distribución del trabajo no remunerado, la división de los roles masculinos y femeninos permanecen profundamente enraizados en la cultura[2]. La pandemia por coronavirus visibiliza la importancia de los cuidados para sostenibilidad de la vida y evidencia la desigual división de esas responsabilidades entre hombres y mujeres.
Diferentes encuestas indican que los hombres están cada vez más interesados en involucrarse en los cuidados de los niños cuando transitan a la paternidad, aunque que vean su participación en juegos, paseos y apoyo a tareas escolares, o sea, no como cuidador principal, como apunta la Encuesta Internacional de Masculinidades y Equidad de Género (IMAGES)[3]. Otro reciente estudio, el State of the World’s Fatherse[4], presenta que 85% de los padres dicen que estarían dispuestos a hacer cualquier cosa para estar muy involucrados en las primeras semanas y meses de cuidado de su hijo recién nacido o adoptado. Aun cuando los resultados de las encuestas sean optimistas, hay barreras estructurales y sociales que inhiben a los hombres a hacerse cargo de sus hijos e hijas, como los estereotipos tradicionales de que son ellos los proveedores y las mujeres las cuidadoras, las rígidas normas de género y políticas de licencia parental desiguales.
Quedarse en casa durante la crisis sanitaria podría impulsar a los hombres a involucrarse en la educación de sus hijos e hijas y división de las tareas domésticas, debido a que las crisis fuerzan cambios en lo cotidiano y en las actitudes, inclusive posibilita superar algunas barreras, como la ausencia de crítica a los hombres por quedarse en casa en lugar de salir a trabajar, por ejemplo.
La crisis también es una oportunidad de cambios personales, estar aislados en casa con sus hijos/as pequeños/as puede generar prácticas de paternidad que lo involucren como cuidador. Un reciente artículo acerca del impacto del COVID-19 para la igualdad de género, publicado en National Bureau of Economic Research (NBER)[5], apunta que un número considerable de hombres estarán en casa en la cuarentena por COVID-19, sea por no tener empleo, por adoptar teletrabajo o por cierre temporario de su puesto de trabajo, y que esta puede ser una oportunidad de encontrarse con la rutina de la casa y presencia de niños y niñas. Si a esto se le suma un escenario en que la mujer mantiene su trabajo fuera de la casa, esos hombres se convertirán en cuidadores principales. Habrá una necesaria readecuación de los roles de género confrontando los modelos rígidos de género y en la división de trabajos dentro del hogar.
Quedarse en casa con los/las hijos/as por medida de protección al Coronavírus puede provocar una aproximación de los hombres con los cuidados infantiles y cuidados en el hogar, quebrando estereotipos y fortaleciendo vínculos parentales.
[1] La medición del tiempo y el aporte de las mujeres a la economía, CEPAL, Disponible en 13.05.20, https://oig.cepal.org/sites/default/files/nota_para_la_igualdad_nro.15_-_eut.pdf
[2] Valdés, Ximena (2009). “El lugar que habita el padre en Chile contemporáneo”. Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 8, Nº 23.
[3] Encuesta IMAGES Chile Resultados de la Encuesta Internacional
de Masculinidades y Equidad de Género (2011). Disponible en 12.05.20 https://www.eme.cl/encuesta-images-chile-encuesta-internacional-de-masculinidades-y-equidad-de-genero/
[4] State of the World’s Fatherse (2019), disponible en 14.05.20 file:///G:/Paternidade/SOWF_REPORT_Mundial.pdf
[5] Articulo The Impact of COVID-19 on Gender Equality, disponible en 13.05.2020, https://www.nber.org/papers/w26947.pdf