Martes 6 de Diciembre de 2022
Por Andrea Riedemann, Investigadora Instituto de Investigación y Postgrado, FACSALUD.
Teniendo en cuenta las diversas problemáticas surgidas a causa de la pandemia del Covid-19 en la salud mental de la población, durante el pasado mes de octubre de 2022 el gobierno chileno inició la implementación de la estrategia “Construyendo Salud Mental”.
En ocasiones como estas, que son muy loables para el fortalecimiento de la política pública en este ámbito, es común que las autoridades se refieran a las chilenas y los chilenos. Esto último genera suspicacias, en cuanto uno se pregunta y las y los migrantes que residen en nuestro país ¿Dónde los incluyo?
El fenómeno de la migración que se ha producido en Chile en las últimas tres décadas, ha generado que nuestro país se haya ido diversificando. De acuerdo a datos recopilados por el Servicio Jesuita a Migrantes, en el año 2020 un 7,5% de la población residente en Chile era extranjera. Tener a los migrantes presentes en las alocuciones públicas – reemplazando, por ejemplo, “chilenos y chilenas” por “las diversas personas que viven en Chile” - no sólo es una manera de brindarles reconocimiento a ellos, sino también de contribuir al reconocimiento de que Chile es un país multicultural. Por lo demás, siempre lo ha sido: el territorio sobre el cual se fundó el Estado de Chile estaba habitado por personas pertenecientes a diferentes pueblos indígenas y personas de diferentes nacionalidades – en definitiva, personas culturalmente diversas. La migración no marca el inicio de la multiculturalidad en el país, aunque ciertamente la ha profundizado y hecho más visible.
En los últimos años desde algunas universidades se han llevado a cabo investigaciones sobre la salud mental de las personas migrantes en Chile. Estas muestran que se presentan diversos desafíos a la formación de los profesionales de la salud mental en el país, dado que, ocasionalmente, las personas migrantes tienen necesidades de salud mental diferentes a aquella población residente en Chile que nunca ha migrado.
En palabras de Rodrigo Sandoval, ex Jefe del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, y actual docente de la Universidad Central, desde el punto de vista de las competencias con que esperan dotar a sus futuros egresados, es relevante que las universidades se hagan cargo de la migración como una dimensión presente en todos sus énfasis formativos.
Con una población extranjera en crecimiento, una universidad que no considera las especificidades de la migración está privando a los profesionales que forma de ser capaces de dar respuesta a una parte importante de quienes en el futuro requerirán su atención. Y finalmente, considerando la relevancia de que la formación profesional reciba constantemente insumos actualizados por parte del ámbito de la investigación, existe también un llamado a considerar las diversas aristas del fenómeno migratorio como temas relevantes de seguir siendo indagados.