Martes 3 de Octubre de 2023
"Mi horizonte es tener un buen envejecimiento para seguir aportando en el ámbito de la educación a difundir la gerontología como una ciencia que debiera ser conocida por todos en todos los niveles".
Nací en Valparaíso, mis primeros años los viví en el Cerro Cordillera y el resto de mi vida en el Cerro Playa Ancha, a excepción de cuando me desempeñé como enfermera de atención primaria en La Ligua, Paredones y Santa Cruz.
Estudié Enfermería en una de las Escuelas más antiguas del país, en la Universidad de Chile Sede Valparaíso; posteriormente hice un MBA en Gestión de Organizaciones con mención Recursos Humanos en la Universidad de Valparaíso y posteriormente obtuve una beca de la ANID para irme a estudiar el Doctorado en Gerontología Social en la Universidad de Granada, España, Me doctoré con distinción (Cum Lauden).
Mi interés en la investigación partió cuando tendría alrededor de 10 años y para un cumpleaños me regalaron un Microscopio, pasaba el día observando todo que cupiera bajo el lente, además, cuando preguntaba algo, siempre me decían “búsquelo en el diccionario o en la enciclopedia” lo que me enojaba mucho porque quería respuestas inmediatas, mirado a la distancia creo que eso desarrolló mi afán de investigar.
Cuando trabajé como enfermera en zonas rurales, tuve la gran oportunidad de encontrar situaciones que me llamaron la atención y que traté de buscar respuestas, una localidad donde todos tenían baja estatura, no distinguían los colores, luego quise saber porque desde octubre a marzo los niños dejaban de asistir al colegio por irse a trabajar como temporeros y cuáles eran sus condiciones de salud, porque consultaban las personas mayores en el Consultorio, los resultados de estas investigaciones los presentábamos en una jornada anual que realizaba la Universidad de Chile en Rancagua y también participábamos en la Jornadas de la Escuela de Salud Pública en Santiago.
Después de estudiar a los niños, me empecé a interesar en las personas mayores, tengo muchos años de trabajo comunitario con mayores, nunca he dejado de hacerlo, además soy parte de una familia longeva, una gran parte de ella ha llegado a los 100 años y han disfrutado de buena salud y han tenido un buen morir, actualmente mi madre tiene 96 años; dos familiares fallecieron después de una caída y eso me motivó a saber la razón de estudiar el Diplomado en Gerontología y Geriatría en la Universidad de Concepción.
Intuitivamente me di cuenta de que el país estaba envejeciendo y que teníamos que formarnos y empezar a ver en qué condiciones envejecían las personas, interés que se acentuó cuando por un problema de salud de urgencia de la persona que cuidaba a mis hijos y que creíamos que era mucho mayor que yo, nos dimos cuenta que teníamos la misma edad y empezamos a comparar nuestras historias de vida; creo que la información obtenida me ha permitido implementar programas de educación en salud para las personas mayores para su autocuidado y tratar de formar a mis futuros pares y de entusiasmarlos a trabajar con las personas mayores complementando su formación con la participación de mayores en las clases y en proyectos, además al ser ya ahora yo una persona mayor me permite mostrar como el cumplir años no es tan “terrible” y que hay que prepararse para envejecer, el establecimiento de programas intergeneracionales que tienen evidencia de ser el mejor medio para disminuir el edadismo hacia las personas mayores y que contribuyen además a disminuir el impacto de la soledad no deseada. El edadismo, la soledad y las relaciones intergeneracionales es a lo que dedico mi tiempo.
Mi horizonte es tener un buen envejecimiento para seguir aportando en el ámbito de la educación a difundir la gerontología como una ciencia que debiera ser conocida por todos en todos los niveles, seguir viajando, conocer personas y crear redes de contacto, seguir estudiando e investigando para mantener un buen estado cognitivo y encontrar respuestas, alcanzar a conocer bisnietos.
A los nuevos investigadores les recomiendo que nunca pierdan la curiosidad por buscar respuestas a lo que les llame la atención, que se puede empezar con proyectos pequeños que sólo requieren tiempo, poco o nada de dinero pero que aportan información, que no claudiquen si no ganan grandes fondos, ya llegará el momento y no olvidar que estudiamos carreras científicas que están basadas en la evidencia y que es esta la que nos permite crecer profesionalmente y otorgar la mejor atención de salud posible a quienes atendemos.