Lunes 18 de Diciembre de 2023
El diálogo discurrió sobre experiencias terapéuticas, desarrolladas en el Instituto del Cáncer, el Instituto Traumatológico y la Fundación Arturo López Pérez, con características multidisciplinarias que benefician a las y los pacientes optimizando factores de éxito, logrando mejores resultados.
Con tres innovadoras ponencias sobre experiencias de preparación para la cirugía y tratamiento oncológico, se desarrolló el II Conversatorio de prehabilitación en cáncer organizado por las carreras de Nutrición y Dietética y Kinesiología de la UCEN.
En el ámbito quirúrgico del cáncer orofacial, la nutricionista Francisca Mejía, coordinadora de la unidad de alimentación del Instituto Nacional del Cáncer, destacó la relevancia de cautelar la condición de desnutrición habitual de los pacientes con cáncer y la toxicidad de las terapias oncológicas. Para lograr buenos resultados post quirúrgicos, la profesional indicó la necesidad de comenzar el proceso prehabilitador al menos cuatro semanas antes de la operación.
En relación a la prehabilitación kinésica en pacientes de osteosarcoma, Ricardo Guzmán, kinesiólogo especialista en biomecánica del aparato locomotor del Instituto Traumatológico, presentó evidencia sobre la importancia de incrementar la masa muscular en las y los pacientes con el objetivo de aumentar la energía del cuerpo. Además, coincidió con Francisca Mejía en que el proceso debe iniciarse con cuatro semanas de antelación a la cirugía.
En una segunda experiencia de prehabilitación en nutrición, Julia Iriondo, Jefa del servicio de Alimentación de la Fundación Arturo López Pérez, FALP, presentó evidencia alentadora en cuanto a resultados positivos post quirúrgicos en pacientes cuyo proceso prehabilitador fue de naturaleza interdisciplinaria. En esta experiencia, fue fundamental la creación de una ficha clínica detallada que permitía ver con mayor exactitud los aportes nutricionales diarios para lograr un incremento energético.
Una constante de las tres ponencias fue la importancia de contar con un equipo multidisciplinario donde se integraran la nutrición, la kinesiología, la psicología y el trabajo social. Esto es así, porque que el cáncer es un problema de salud que requiere un abordaje multidimensional por el gran impacto que tiene sobre la vida de las personas que lo padecen y sus familias.
En este sentido, el éxito en la adherencia al tratamiento que puedan tener las y los pacientes se ve potenciada por el apoyo de un equipo multidisciplinario con un trabajo biopsicosocial, donde cada profesional respete los ámbitos específicos de conocimiento, sin dejar de complementar y enriquecer la labor del conjunto.