Viernes 22 de Marzo de 2013
Nuestro cordinador de calidad debuta como productor y co-guionista del premiado documental que se estrenó el lunes 25 en la Cineteca.
Leontina, que se estrenó el lunes 25 de marzo en la Cineteca Nacional, muestra la historia de una mujer de 82 años, que pese a haber luchado sola por sacar adelante a su familia, de haber criado a sus hijos y nietos con la fiereza del león, vive sola, casi aislada de sus cercanos, en La Unión, al sur de Chile.
“No es una película sobre la tercera edad. Tampoco se trata de establecer un puente con esa generación, sino con generaciones más jóvenes y como dice el afiche, hacer ‘un viaje al futuro de tu propia vida’. Es una invitación a proyectarse y que nos veamos en ese escenario en unos 50 años”, afirma Aschieri.
La protagonista es la abuela del director, por eso, hay un sentimiento profundo de admiración que, a juicio del productor, escasea en nuestra sociedad. “En Chile hay un número importante de gente mayor que empieza a quedarse sola, porque la familia se ha desintegrado, se ha ido de la casa en busca de progreso, de oportunidades, de trabajo, etc. Y hay toda una generación que está viviendo esa soledad”, agrega, por eso, su reflexión es a esa soledad, a ese concepto de familia que se ha separado.
Aschieri conoce hace años a Boris Peters, pero cuando éste llegó con el material que había grabado de su abuela, nació la necesidad de producir ese material y convertirlo en película. “Me mostró lo que para él era un simple ejercicio de registro de su abuela en su cotidianeidad. Pero yo sentí que estaba ante algo único, que no había visto antes en el cine, que es retratar la intimidad en la vejez. Sentí la necesidad de motivarlo e impulsarlo en esa búsqueda. Ahí me empecé a involucrar con el guión, y a discutir las posibilidades de desarrollo de un personaje lleno de historia y divertido”, recuerda y fue justamente la riqueza del personaje lo que sustentó el documental y lo que se explora en él.
El rodaje duró cerca de un año, tiempo en que los viajes a La Unión se ciñeron a la agenda de la propia Leontina, “nada hay en la película que haya sido forzado“, advierte el productor. Pero los recursos económicos fueron acotados, ya que el plan indicaba que cuando tuvieran suficiente material para mostrar y convencer, recién iban a solicitar apoyo para la post-producción. El plan resultó y la película recibió fondos para asegurar la edición, la mezcla de sonido, la musicalización y la preparación hasta el master final, y fue la mejor decisión ya que hasta ganó premios en estas categorías.
Los premios llegaron desde los festivales Latinoamericanos. El primero fue el de Guadalajara (México) el año pasado, donde la película no recibió estatuilla ni mención, pero sí el reconocimiento del público “porque la soledad y la familia les toca muy fuerte. Fue muy emotivo conversar con la gente después de la proyección y que nos dieran las gracias por lo que acaban de ver”. Y luego vino el aplauso en casa, porque Leontina quedó entre las 9 mejores películas en SANFIC, lo que ya fue un elogio para los realizadores, pero que se concretó en una mención honrosa del jurado. En Gramado (Brasil), el documental también gustó mucho por su temática y se quedó con el premio a la mejor dirección de fotografía. Igual que en el Festival Santiago Álvarez de Santiago de Cuba, que se realizó este mes y de donde Peters y Aschieri llegaron llenos de premios. “Este festival es un hito muy fuerte del cine latinoamericano, porque toma el pulso de lo que pasa en la región. La sorpresa fue que nos llevamos 6 reconocimientos: El primer premio del festival, el de mejor fotografia, premio a la banda sonora y 3 premios colaterales más que son los que yo más valoré, porque no los entrega un jurado experto en cine, sino un jurado de organizaciones culturales y académicas del país que reconocen la función social del documental y del cine”, observa el coordinador de calidad de la FACOM.
Finalmente, la propia Leontina sí vio su película. Para la exhibición en SANFIC vino a Santiago y por primera vez entró a un cine para más encima, verse a sí misma. En la pantalla gigante notó el énfasis que su nieto- director puso en la textura de su piel, en sus manos, en el reconocimiento de su vejez, y fiel a su espíritu, Leontina estuvo contenta. Incluso reconoció que “se veía un poco gorda”, recuerda Aschieri destacando el temple de la mujer que aunque fue halagada por la prensa y por las personas que estuvieron en esa ocasión, se llevó el mejor regalo después de la película: El aprecio de su familia, que volvió a unirse y a demostrarle preocupación y cariño.
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