Lunes 28 de Enero de 2013
Para la decana de la Facultad de Comunicaciones, la Cumbre Académica CELAC UE evidenció el consenso que hay en que el trabajo de las universidades esté al servicio de la comunidad.
"Sentí que con la Unión Europea había una relación más horizontal”, indicó Juanita Rojas tras la Primera Cumbre Académica CELAC UE. La decana de la Facultad de Comunicaciones aludió a la crisis económica por la que atraviesa el conglomerado europeo y cómo las nuevas necesidades de su mundo académico coinciden con las de América Latina y el Caribe, en términos de educación e investigación. “(Los países de la UE) se han encontrado con problemas y realidad sociales, políticas y económicas que no habían tenido que enfrentar, al menos desde la postguerra. Eso los hizo remirar muchos problemas y darle una vuelta a cosas que no eran objeto de su preocupación, pero que hoy sí lo son. La cumbre fue la oportunidad para darnos cuenta de que no estamos tan alejados. Que las realidades, visiones, problemas, posibilidades, oportunidades y desafíos son bastante similares”, afirmó.
La decana destacó el consenso que hubo entre los asistentes al reflexionar sobre el objetivo de las acciones que se realizan en las universidades. “Hay una necesidad de considerar al mundo social en el desarrollo, la planificación y determinación de lo que se investiga. ¿Para qué se investiga? ¿Para quién? ¿Para quiénes se hace finalmente la academia?”, dijo, enfatizando el interés en vincular este trabajo con las personas y el país.
De esta mirada a lo social, se desprende otra tarea importante: la necesidad de que el mundo académico se articule con el mundo político y ambos se pongan al servicio de la comunidad. La decana Rojas, como periodista, ha ejercido su profesión desde el servicio público, lo que le da una panorámica amplia de la mecánica que han tenido ambas esferas. “La relación entre el mundo académico y el político es estrecha y necesaria, porque el mundo político se alimenta de la experticia, la investigación y el conocimiento del mundo académico para la definición de políticas públicas. Pero ésta ha sido difícil, porque muchas veces ha estado fundamentada en prejuicios y desconfianzas”.
El problema que ve la decana es que ambas elites, una de poder y la otra del conocimiento, se configuraron por bastante tiempo como torres aisladas que no bajaron a la realidad de la sociedad civil y se olvidaron que trabajan para la gente. “De repente se tornaron tan elitistas, que se perdió el vínculo con el resto de la sociedad”, observó.
La solución, a su parecer, está en reconocer el rol que juega cada uno para generar una mayor colaboración. La academia es parte de la sociedad civil y en las comunidades está su objeto de interés, a la vez que los políticos hacen políticas públicas, para la gente. “El mundo académico no puede estar desvinculado de la sociedad”, concluyó.
La voluntad de unificar contenidos, programas y de hacer un reconocimiento internacional a los diplomas y títulos, fue otra de las conclusiones que destacó la decana Rojas. “Eso hoy es efectivamente un problema y ese reconocimiento facilitaría la mayor integración, el traslado de académicos y profesionales de un lado a otro“, sostiene, atendiendo a que eso conlleva un paso previo, en el que la educación superior ya está volcada: mejorar la calidad.
Uno de los desafíos que quedó pendiente para los profesionales de las comunicaciones es justamente con eso: la comunicación. El tema no se tocó en específico, ni fue título de ninguna reunión; sin embargo, estuvo latente, omnisciente durante muchas discusiones del encuentro. “Tengo la impresión de que la gente habla de comunicaciones sin saberlo y se refirieron a ellas en muchas partes”. Pone como ejemplo la cantidad referencias a la falta de información o entendimiento de las políticas públicas, o los problemas de intercambio de información y de compresión de lenguajes en el vínculo entre empresas y mundo académico. “Eso se llama comunicación”, señaló la decana, enfatizando que “las comunicaciones son transversales” y deben ser multidisciplinarias. "Tienen que aliarse y prestar servicios a las otras disciplinas, porque de esas otras disciplinas también se alimentan. Las comunicaciones de manera aislada no existen”, finalizó.
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