Partió en prensa escrita, pasó por la TV, más tarde vino la radio y luego de nuevo la TV. Pero pese a su entusiasmo, los canales de televisión abierta no fueron el soporte más adecuado para canalizar sus inquietudes y su paso a veces fue con varias penas y sin muchas glorias. Así llegó a la Internet, más alejado de la animación y estableciendo lazos con la publicidad, creó una agencia digital que le permitió ver el potencial que estaba alcanzando la red (algo que a su juicio los canales de televisión tradicionales aún no reconocen) y se dio cuenta de que eran el momento y el lugar precisos. Se echó al hombro la experiencia que había acumulado, las ganas que le seguían despertando la cabeza y la creatividad que compartía con un grupo cercano de colaboradores y puso ahí sus fichas.
Con la agencia digital partió vendiendo publicidad de los blogs de sus amigos, investigando el modelo de los social media en el mundo y se fue metiendo en los datos, en el fenómeno, en las redes hasta que se iluminó y comprendió la virtuosidad de la industria en la que se había sumergido. Ahora es un creativo, un “artista” dice él. Piensa permanentemente en nuevos productos para alimentar a la comunidad de seguidores que le da sustento a su negocio y se ha convertido en un referente de las redes sociales. Su programa “Demasiado tarde” que sale on line y tiene una retransmisión en un canal de cable, cuenta con un número de seguidores que lo enorgullece: “20 mil PCs conectados frente a 641 aparatos de people meter”.
“El efecto de promoción utilizando redes sociales es virtuoso”, asegura sobre la base de su éxito y enfatiza que “la televisión que viene está en la red”. Asevera además que el proyecto de TV digital que aún se discute en nuestro país “nació muerto”, porque ha sido tal el énfasis por controlar contenidos que se terminó adelantando la Internet como medio libre y sin censura.
Dice que en la red además todo se puede medir y seguir, a elección de la audiencia, mientras que la TV abierta sigue dictando contenidos y que poco a poco se va a ir quedando sola.
Por eso, en su programa, emite sus contenidos y está en constante interacción con el público, claro que se refiere a una audiencia específica interesada en esos temas. “No estoy dispuesto a trabajar para contaminar la cabeza”, sostiene con una crítica explícita a la televisión abierta.