Viernes 11 de Diciembre de 2015
En el marco del Día de los Derechos Humanos, padres de estudiantes desaparecidos en Ayotzinpa-México, asistieron a un encuentro organizado por FACOM, FACSO y FEUCEN, al que asistieron diversas instituciones, organizaciones estudiantiles y comunidad en general, para solidarizar con su búsqueda de verdad y justicia.
Han recorrido varios países, buscando solidaridad de los pueblos y gobiernos para ayudarlos a ejercer presión sobre el Estado mexicano, que hasta ahora no ha colaborado en el esclarecimiento de los hechos; por el contrario, se ha vuelto inmerso en una serie de montajes y falsas informaciones, de acuerdo a lo establecido por los peritajes del grupo de expertos enviado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Osvaldo Torres, decano de la Facultad de Ciencias Sociales, dio la bienvenida a los padres y asistentes, señalando que el derecho humano a la vida y la libertad de los 43 estudiantes es imprescriptible, y que Chile y su gobierno tienen la misión de demandar que se sepa la verdad. "La desaparición forzada debe ser denunciada en calles, foros y medios de comunicación para que no triunfe la indiferencia ni el olvido", manifestó la autoridad académica.
Los padres que quisieron dar su testimonio, tuvieron una conversación profunda y cercana con la audiencia, la cual fue conducida por Juanita Rojas, decana de la Facultad de Comunicaciones. En la oportunidad Clemente Rodríguez, padre de Christian Rodríguez Telumbre –uno de los estudiantes desaparecidos- dio testimonio del sufrimiento e impotencia de su familia y de todos los padres de Ayotzinapa, ante la nula respuesta del gobierno mexicano, señalando: "Le exigimos a Peña Nieto que esclarezca dónde están los 43 normalistas. Que sepa el mundo entero que no estamos solos. Pensó que ofreciéndonos recursos nos íbamos a quedar callados, pero se equivocó con nosotros".
Por su parte, Mario Cesar González, padre de Cesar González Hernández, relató cómo las autoridades se han negado sistemáticamente a colaborar con la investigación, así como detalles de la indolencia con que les han dado información de las supuestas muertes de sus hijos: "Imaginarse que a tu hijo le dan un disparo en la cabeza, luego lo tiran a una fosa -a un basurero- y le prenden fuego, uno se vuelve loco".
Ambos padres agradecieron la invitación y pidieron solidaridad, especialmente a los jóvenes estudiantes, para generar conciencia de sus demandas y la consigna con que han dado su lucha: "Vivos se los llevaron, y vivos los queremos" ya que ambos testimonios, creen firmemente que sus hijos aún siguen con vida, y que no descansarán hasta encontrarlos.