Lunes 8 de Mayo de 2017
Columna de opinión del académico de la Facipol, Nicolás Freire, junto a la profesora del Tecnológico de Monterrey, Ana Vanessa Cárdenas, en el portal mexicano República Educativa
Convencida de su potencial, la Alianza del Pacifico ha intensificado sus esfuerzos por transformarse no solo en una instancia de desarrollo económico, sino que también en un espacio realmente integrador, de culturas y acciones en beneficio de los ciudadanos de los países que la confirman.
Aún queda mucho por hacer. Esta afirmación, más allá de ser un cliché, queda confirmada a la luz de los datos que nos entrega el Observatorio La Política en La Red de la Universidad Central de Chile.
Y es que si analizamos dichos datos podemos observar que en una semana –justamente la semana en que la Alianza festejaba su sexto aniversario– la instancia integradora logró capturar solo 3987 menciones en twitter. Poco, o casi nada, si consideramos la importancia que deberían tener la TICs –y principalmente de las Redes Sociales– en cualquier iniciativa que pretenda posicionarse en la coyuntura política del siglo XXI, que pretenda integrar.
No solo queda claro que los temas que promueve la Alianza no son de interés de la conversación política que llevan a cabo los cibernautas, sino que también observamos que esta conversación es –aún más– esporádica.
De hecho, el grueso de las menciones se concentró el día del aniversario, sin tener movimiento relevante durante los otros días de la semana (ver imagen 1). Además, la discusión digital versó sobre conceptos que, a la luz de un análisis semántico, derecha y llanamente tienen tintes más conmemorativos que propositivos (ver imagen 2).
La fiesta (el aniversario, a la sazón) al parecer no solo no fue de las mejores, sino que tampoco pareciera tener la relevancia correspondiente a un festejado tan importante (la Alianza).
Y entonces ¿Quién festejó a la Alianza del Pacífico?
Sin duda buena parte de la conversación estuvo dirigida por las cuentas institucionales de las distintas agencias y secretarías de cooperación que gobiernan el tema en cada país, pero hay dos actores que nos llaman profundamente la atención.
El primero es el propio presidente Enrique Peña Nieto, quien desde su cuenta personal se posiciona como el principal influenciador de la conversación (ver imagen 3). Evidentemente su participación entrega una platea importante para estos temas, sobre todo a la luz de sus más de 6 millones de seguidores.
Por qué se haya interesado –y de una manera tal que le permita ser el influenciador más importante– quizás sea el fruto de una decisión política (más que de una reacción "de piel"), motivada por el necesario acercamiento que el país necesita llevar a cabo con los vecinos del sur, y a la luz de las asperezas del último tiempo con la administración Trump. Podría explicarse también como la búsqueda de la confirmación de que hay otros acuerdos de integración que están fluyendo de forma positiva o tal vez, distraer la atención de los cibernautas captada las últimas semanas por los numerosos escándalos de corrupción de los gobernadores y funcionarios del nuevo PRI.
De todos modos, fue una decisión político-estratégica, de eso no cabe duda. De hecho, volviendo a observar el ranking de influenciadores aparece el segundo actor que captura nuestra atención: Vanessa Rubio hoy Subsecretaria de Hacienda y Crédito Público de los Estados Unidos Mexicanos, yaSubsecretaria para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores entre 2013 y 2015.
Parece despejarse entonces nuestra interrogante, sin afirmar el arribo a una respuesta concreta: a pesar de haberse transformado en un aniversario pobre (en términos de relevancia en las Redes Sociales), el evento que marcó la pauta interestatal durante la semana pasada podría ser el comienzo de una nueva estrategia del gobierno mexicano. Un acercamiento necesario, un guiño a la cuarta economía más dinámica del mundo, trampolín para ingresar a los mercados del Pacífico.
Fuente: http://republicaeducativa.com/