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Sabado 29 de Abril de 2017

Primera vuelta a la vista: el juego del miedo que vive la DC a horas de la junta nacional

Reportaje con comentarios del decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, Marco Moreno

Imagen foto_00000001La junta nacional de la Democracia Cristiana, que se efectuará este 29 de abril, definirá si la colectividad se presenta a las primarias presidenciales de la Nueva Mayoría, fijadas por ley para el 2 de julio, o se retira del proceso y llega con su abanderada Carolina Goic directo a la primera vuelta del 19 de noviembre.

La decisión, tal como lo fue la bajada de Ricardo Lagos Escobar como postulante del Partido Por la Democracia, promete alterar todo el panorama político del país.

En lo inmediato, supone un enfrentamiento entre el ala moderada del conglomerado, la DC, y el sector de izquierda del oficialismo, PS, PPD y PR, por cierto, a la espera de la determinación que adopte el PC, que está en conversaciones con el PRO de Marco Enríquez-Ominami, y los movimientos que se sumaron al bloque en 2013, MAS e IC.

En la antesala del cónclave falangista, una gran mayoría de las huestes, desde líderes históricos hasta dirigentes territoriales, aseguran que el mejor escenario para recuperar votos y escaños perdidos desde 1990 a la fecha es competir a dos bandas.

A la inversa, los que apuestan por concursar en primarias creen que la unidad pasa por elegir al candidato único en dos meses más, pensando en que el contrincante más difícil es el líder de la derecha Sebastián Piñera, más que dividir votación en la contienda electoral de fines de año.

Entre medio, y como factor trascendental, está la negociación parlamentaria, donde existe más de una voz respecto a la concreción de una, dos y hasta tres listas, tomando como elemento a considerar la gran cantidad de aspirantes que dispone cada agrupación para llenar las papeletas.

El contexto es el nuevo sistema proporcional que aprobó el Congreso en 2015, el cual incluye un aumento de los cupos a elegir (de 38 a 50 senadores y de 120 a 150 diputados), un rediseño de los distritos y circunscripciones y la total prescindencia de los pactos de las distintas coaliciones, lo que obliga a cada tienda política a rascarse con sus propias uñas. Eso sin contar la ley de cuotas que impone que el 40% de los candidatos sea de un sexo (mujeres).

Dadas así las cosas, ¿qué consecuencias tendría una elección de primera vuelta con dos candidatos de centroizquierda midiendo fuerzas, cosa que nunca ha ocurrido desde el retorno a la democracia? A continuación algunos indicadores.

El nuevo pacto

Distinto a las visiones que hablan del fin de la Nueva Mayoría tal como la conocemos hoy, la socióloga y directora de la consultora de encuestas Mori, Marta Lagos, anticipa como nuevo cuadro electoral la elaboración de un "pacto de segunda vuelta".

"Existen muchos países con sistemas parlamentarios que arman coaliciones después de la primera vuelta en solo dos o tres días. Este no es un problema de tiempo, es de voluntad política. Aquí hay gente que está tratando de imponer y retener la historia política, prolongando el binominalismo más allá de lo razonable", indicó a Cambio21.

"Señores, el binominal se acabó, ya se desgranó ese choclo, lo mismo que la NM, que se desgranó hace rato, lo que es de toda evidencia. Tratar de ir en contra de eso, que es demasiado brutal, es miope, porque les va a ir mal. Si eligen a un solo candidato para competir contra Piñera saldrá el Frente Amplio con millones de votos. La gente quiere tener alternativas", explicó.

Lejos de dramatizar, el diputado y vicepresidente DC Matías Walker afirmó que "perfectamente puede haber dos listas y un pacto de apoyo recíproco en la segunda vuelta. No hay que caer en pánico".

No cree lo mismo el cientista político de la Universidad de Chile, Alejandro Olivares, quien habla de una coyuntura de "incertidumbre" basada en las intensas conversaciones que los partidos del oficialismo protagonizarán hasta el último plazo que impone el Servel antes de la inscripción final.

"Cualquier camino que lleve a las dos listas parlamentarias y a la primera vuelta como la primaria de la coalición, quizás es bueno para potenciar el sistema de partidos y la configuración de las distintas fuerzas, pero será catastrófico para la centroizquierda, algo así como el principio del fin y el inicio del quiebre del bloque", argumentó.

En un punto medio, el decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central de Chile, Marco Moreno, destaca que lo más importante en este debate es "lograr un entendimiento con el voto DC para la segunda vuelta de parte de Guillier".

"Pero para asegurar eso, después de las tensas relaciones que se verán en el supuesto de un enfrentamiento electoral entre él y Goic, tiene que establecerse una especie de juegos colaborativos entre ambos comandos. Quizás el miedo que produce una posible victoria de Piñera termina uniendo a todo el mundo", nos declaró.

"El poder lleva a milagros", ironiza de vuelta Marta Lagos.

Mirando al pasado

Con Chile Vamos cuadrado con Piñera, más allá del target que busca captar a su favor el senador Manuel José Ossandón, todas las miradas van dirigidas hacia al centro y el espacio que según la exministra Mariana Aylwin podría terminar con votos DC favorables al expresidente si la NM unge al senador Alejandro Guillier como presidenciable a inicios de julio.

Desde el piñerismo, la exvocera de Gobierno, Cecilia Pérez, recalcó en Estado Nacional de TVN el "daño" que la falange ha recibido de parte de los partidos afines al bacheletismo en la tramitación de las reformas planteadas por la actual administración, lo que en su opinión ha redundado en el abandono de los militantes hacia el conglomerado oficialista.

Sin perjuicio de aquello, otro exministro, el PPD Francisco Vidal, recordó en el mismo programa que la única vez que la Democracia Cristiana terminó apoyando a la derecha fue durante la Unidad Popular, por lo que calificó como un "sueño erótico de verano" un posible respaldo de los electores de ese partido a Piñera.

Si bien Ignacio Walker, senador y extimonel de la flecha roja que comparte el grupo "Progresismo con Progreso" con Mariana Aylwin, descartó acercamientos entre la entidad y la oposición, mientras el exsenador Hosaín Sabag advirtió que una cosa "son los 25 mil refichados que logramos sumar ahora" y otra muy distinta "los 100 mil adherentes que tenemos y los cientos de miles de votos que nos abandonaron ya".

"La inmensa mayoría de la gente de base quiere revitalizar al partido, su doctrina y su ideología. Y si hasta las colectividades chicas llevarán su abanderado, no veo por qué la DC no pueda hacer lo mismo, además que no podemos agachar la cabeza por cupos más o cupos menos", expresó a este medio.

Temor parlamentario

El mandamás del Partido Radical, Ernesto Velasco, descartó avalar la idea de tener a la DC con presidenciable y además emplantillada en un pacto con la Nueva Mayoría, por lo que usó un chilenismo que se instaló como mandamiento a la hora de negociar: "chicha y chancho".

Javiera Arce, analista de la Universidad de Valparaíso, dice que "debiera primar la cordura y la racionalidad política".

"La reciente encuesta CERC-Mori pone a Goic incluso por debajo de Beatriz Sánchez (Frente Amplio) y lejos de ganar en el balotaje. A eso hay que sumarle que tras la sentencia del diputado Ricardo Rincón (Tribunal Supremo DC determinó no expulsarlo a raíz de un caso de violencia intrafamiliar que data de 2002), ella quedó debilitada porque no tuvo capacidad para ordenar a las huestes", nos manifestó.

"Si deciden ir por separado bajarían a casi diez diputados. Es decir, pierden incumbencia y dejar de ser relevantes tomando en cuenta que son el partido más grande de la centroizquierda", alertó.

El dato proviene de la simulación que elaboró el director del centro de estudios de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, quien usó los datos que dejó la elección de concejales de 2016 y los proyectó para los comicios legislativos de noviembre y cuya conclusión es lapidaria: la DC acompañada en un pacto conjunto con la Nueva Mayoría aumentaría su bancada a 29 diputados. Al revés, en solitario, el comité se reduciría de 22 a 13.

"La democracia es la competencia y está bien que sepamos quién es quién y cuántos votos tiene cada cual. Si tenemos una primaria no se va a saber nunca cuál es el voto de cada uno. Así que hay que pesarse", acota Marta Lagos.

La dificultad que produce esta interpelación está estrechamente vinculada con el temor que existe en los senadores y diputados que van a la reelección, los cuales creen que perderán muchos votos si Goic no mejora en las encuestas.

Desangramiento de la izquierda

Por un carril paralelo a la problemática DC está la candidatura de Guillier y el daño que poco a poco le genera el avance en los sondeos de Beatriz Sánchez.

El asunto no es menor, porque incluso desde dentro de la NM han deslizado reparos al exrostro de Chilevisión a causa de sus críticas al gobierno de Bachelet y a la propia Goic, a la que acusó de usar su nombre para negociar cupos.

Al interior de la falange señalan que en una campaña abierta la senadora magallánica podría superar con largueza los dos dígitos, mientras que los desencantados de la izquierda de la NM, al traspasar sus respaldos a la carta del Frente Amplio, "desfondaría" el posicionamiento político y mediático de Guillier.

Y ante tal escenario, ya con la segunda vuelta instalada por culpa de la gran cantidad de postulantes en carrera, los votos de Goic serán claves para negociar contenidos programáticos y, por qué no, disputar un lugar en el balotaje si logra capturar a los "dañados" que se identifican con el azul de la Patria Joven.

Acá Alejandro Olivares añade que también hay "especulaciones que vienen de la izquierda y de un voto indeciso de ese sector que se inclinaría al FA, que ha provocado mucho ruido, pero que tampoco podemos confirmar con certeza cuánto".

"Todavía es prematuro para decir que hay un 'efecto Sánchez' en la campaña de Guillier. Además que cuando la DC defina lo que va a hacer con su candidato, ahí recién partirán los ejes programáticos a analizar el interior del oficialismo", remató.

"Sí existe un efecto Sánchez", contesta Marco Moreno, "toda vez que sí hay sectores que se han desentusiasmado con Guillier y que se sumaron a la oferta que propone el FA".

"Por lo tanto, tanto el PS como el PC harán lo posible para poner cortafuegos y cortapisas que buscarán evitar el desangramiento de la izquierda. No por nada los comunistas esperarán a la DC antes de actuar", concluyó.

Fuente: www.cambio21.cl