Miércoles 30 de Noviembre de 2016
Columna de opinión del decano de la Facultad de Ciencias Política y Administración Pública, Marco Moreno
La caída de Piñera en el sondeo, si bien no es significativa y podría justificarse en el margen de error del estudio, debe leerse en clave política, como resultado de las dudas que causaron –a lo menos en la opinión pública encuestada– las revelaciones hechas por El Mostrador en relación con el negocio efectuado por Bancard –su matriz de inversiones– con la pesquera peruana Exalmar, mientras Chile estaba en litigio con el país vecino por una porción de territorio marítimo.
El encargado de las inversiones del grupo Bancard, Nicolás Noguera, señaló, al responsabilizarse por la transacción, que "habría sido más prudente no haber hecho esta inversión", intentando colocar un cortafuego entre la decisión comercial del grupo económico y el ex Presidente Piñera.
Lo cierto en que, en las últimas semanas, los medios han ido entregando luces acerca de la opacidad del fideicomiso ciego que anunció al momento de asumir la Presidencia de Chile.
Hace unos días, el diario Pulso informaba que el mes pasado el family office del ex Presidente adquirió otro paquete de acciones de Exalmar por unos US$80 mil, pasando del 9,1% que mantenía en septiembre a 9,18% de la propiedad de la compañía pesquera, según el regulador de Perú. Un reciente reportaje de Ciper Chile daba cuenta de cómo a través de Bancard International Inv., emplazada en Islas Vírgenes, las inversiones de Piñera se habrían diversificado también en varios países de la región.
El serio y acucioso trabajo periodístico ha comenzado a develar –en sucesivas entregas que podrían quizá solo estar comenzando– una serie de actividades que, aunque lícitas, creíamos habían terminado cuando Piñera decidió incursionar en la esfera pública, como el mismo lo proclamara. Sin embargo, las investigaciones periodísticas de diversos medios no hacen sino confirmar la endémica compulsión por los negocios que ha caracterizado toda la conducta de vida del ex Presidente Piñera.
Hasta ahora el argumento de esperar a marzo del próximo año para formalizar su candidatura parecía motivada por consideraciones estratégicas más próximas a decisiones político-electorales. Ese ha sido el discurso de sus voceros, publicistas y, no sin dificultad, del propio potencial candidato Piñera. Sin embargo, los hechos que hemos ido conociendo, y que no sabemos si terminaran aquí, dan cuenta tal vez de que son otros los temores que acechan al ex Mandatario.
Una hipótesis que no podemos descartar es que estos miedos guarden relación con la sospecha de que puedan existir más transacciones comerciales y financieras en el límite de lo razonablemente aceptable para el actual estándar de la sociedad chilena en materia de trasparencia y confianza. Podría ser en el temor a esta vara para evaluarlo donde el propio ex Presidente y su entorno más estrecho vean las amenazas a su candidatura, más que en sus potenciales adversarios internos –como el senador Ossandon o los Kast– o en el confuso panorama de liderazgos presidenciales en que se encuentra el oficialismo de la Nueva Mayoría.
Así, las acechanzas que hoy preocupan al ex Presidente Piñera se ubican del lado de sus miedos al descubrimiento o conocimiento de nuevas y audaces transacciones en el límite, que no harían sino confirmar las dudas acerca de su real voluntad de separar los negocios de la política. Estas serían las reales razones que estarían demorando la decisión de lanzar su candidatura y no, como se ha dicho hasta ahora, que serían las consideraciones de los tiempos electorales las que marcarían el timingde su candidatura. Nuevamente el fantasma de la radio Kioto y sus efectos se ciernen sobre la credibilidad del ex Presidente Piñera.
Marco Moreno
Decano
Facultad de Ciencias Política y Administración Pública, Universidad Central de Chile
Fuente: www.elmostrador.cl