Domingo 7 de Mayo de 2017
Columna de opinión del académico y director del Interbarometro Chile, Nicolas Freire, junto al director de las carreras de Derecho y Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey, Sergio Bárcena
En las democracias competitivas, uno de los principales estandartes de la oposición, es señalar los males del gobierno en turno. Particularmente en nuestro país, la principal afección de los gobiernos es la corrupción, algo que el discurso de Morena se ha centrado en abatirla.
El programa de Morena no deriva de una elección al azar, sino que responde al curso normal de una ciudadanía desencantada y molesta, pero al mismo tiempo, más empoderada. Los estándares de probidad y transparencia que hoy demanda el ciudadano no solo exigen un mayor cumplimiento por parte los actores públicos y políticos, sino que también son cada vez más exigidos desde aquellas instancias en donde el ciudadano tiene la oportunidad de sancionar, desde sus escasos espacios de comunicación, al "político corrupto".
Al inicio de esta semana, El Universal publicó un video exponiendo a Eva Cadena, candidata a una diputación local en Veracruz por Morena. En el video ella recibe (pidiendo una bolsita para que no se rieguen) 500,000 pesos cuyo destino era el bolsillo electoral de López Obrador. El jueves de esta misma semana, se filtró otro video de Cadena recibiendo 5 millones, 50,000 pesos, a lo que la excandidata respondió con una denuncia aduciendo que se trataban de acusaciones falsas.
Para analizar esta coyuntura, el Observatorio La Política en la Red de la Universidad Central de Chile realizó una búsqueda en Twitter en intervalo de 10 horas posteriores a cada video. Se tiene que en menos de 7 horas de filtrarse el primer video, la conversación medida en la red social llegó a más 10,000 menciones, resaltando a Morena y AMLO como los conceptos que mayormente se presentaron en la conversación, asociándolos al tópico de búsqueda: "Eva Cadena".
Para cuando salió el segundo video, Cadena ya aparecía con el mote de "la recaudadora" y tanto AMLO como Morena seguían siendo fuertemente vinculados en comentarios negativos hacia la candidata. Cabe destacar que en el segundo momento, Morena ya había denunciado a Cadena ante el INE y la FEPADE, lo cual sugiere un plan de contención de daños que tuvo impacto en redes.
La mención reiterada a Delfina Gómez -candidata de Morena al gobierno del Estado de México- en ambos eventos se prende como foco rojo en la conversación, pues si bien el primer video no la afectó durante el debate televisivo, tras la aparición del segundo video su nombre fue mencionado consecutivamente debido a que el PAN denunció tanto a Cadena como a Gómez, señalándolas como recolectoras de impuestos para Morena.
Estos videos abrieron paso para que desde la otra oposición (la del PAN, que también propone la lucha anticorrupción como su programa central), Ricardo Anaya y Roberto Gil Zuarth cuestionaran la "honestidad valiente" que ha sido el sello de Morena desde su fundación. Pero también activó un escudo de defensa hacia Morena por parte de actores como John Ackerman, quien sostuvo constantemente que a Eva "le habían llegado al precio" buscando desvincular su actuar de los principios de Morena.
Las principales conclusiones que se extraen del caso en cuestión son: a) que los ciudadanos tenemos cada vez más claro que -más allá de sus discursos e ideales o de su posición como gobierno u oposición- todos los partidos albergan integrantes y prácticas corruptas; b) que en su ruta hacia 2018, lo que más deberá cuidar AMLO es el comportamiento de sus colaboradores, tarea que se antoja cada vez más complicada para un partido que crece a ritmos vertiginosos y recibe en sus filas políticos amañados de otros partidos; c) que la corrupción será el tema con mayor resonancia en las elecciones del Estado de México y en la federal de 2018; y d) que el PAN fue el principal beneficiado por el comportamiento de Eva Cadena, llenado la conversación de cuestionamiento hacia la estructura de Morena.
Todo lo anterior, sin descuidar por cierto una conclusión tanto obvia como principal, y es que las redes sociales pueden entregarnos fuertes luces sobre cómo entender la política del siglo XXI; 140 caracteres que van analizados, interpretados y llegan directo a quienes pretenden representarnos.
Sergio A. Bárcena Juárez
Director de las carreras de Derecho y Ciencia Política de la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey
Nicolás Freire
Académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central de Chile
Fuente: http://expansion.mx/