Jueves 22 de Septiembre de 2016
Columna de opinión del egresado de Ciencia Política de la U. Central e investigador del Programa de Estudios Políticos y Electorales del Instituto Libertad, Pablo Rodríguez
En este contexto, son interesantes de analizar los datos que arrojó la IV Encuesta Nacional Auditoría a la Democracia realizada por el Programa junio de este año, cuyos resultados se dieron a conocer el 09 de septiembre pasado.
El estudio confirma la crisis de representación que exhiben dos instituciones claves para el funcionamiento de la democracia: partidos políticos y Congreso. Pero además, reafirma la percepción de que las personas creen que al gobierno y al Congreso no les importa mucho lo que ellos piensan, y que en definitiva el actor con más influencia en las decisiones que toma el Congreso son los empresarios. ¿Qué tipo de democracia se puede sostener en el tiempo si sus propios ciudadanos no se sienten representados por ella?
Respecto a los partidos políticos, la encuesta arroja que el 84% de las personas cree que están cumpliendo mal o muy mal la función de representar los intereses de los ciudadanos frente al Estado. Asimismo, afirman que los partidos políticos sólo sirven para dividir a la gente y sólo un grupo minoritario sostiene que en Chile los partidos políticos funcionan bien. Conjuntamente, la mayoría no se identifica con partidos ni movimientos políticos.
En cuanto al Congreso, la IV Encuesta Nacional Auditoría a la Democracia evidencia que gran parte de la gente cree que la función más importante que este tiene es representar los intereses de las personas, pero el 85% califica de mal o muy mal la forma como el Congreso cumple con dicha tarea. Además, la ciudadanía afirma que los diputados y senadores deberían representar a todos los chilenos, pero que realmente representan al partido político que pertenecen.
La parte media llena del vaso muestra que las personas siguen diciendo que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, que califican la democracia chilena de mejor forma que hace diez años y que creen que en diez años más el país será más democrático que hoy. Pero la otra parte nos hace ver una lista enorme de malas noticias.
Los datos que entrega la IV Encuesta Nacional Auditoría a la Democracia no sorprenden a nadie, sino que confirman tendencias expuestas en otros estudios de opinión pública. Pareciera que las respuestas y reformas políticas que se han hecho no dan cuenta de la profundidad de los problemas que enfrentamos. Al menos por ahora.
Pablo Rodríguez
Cientista Político de la Universidad Central
Investigador del Programa de Estudios Políticos y Electorales del Instituto Libertad
Fuente: www.eldinamo.cl