Viernes 3 de Febrero de 2017
Entrevista al decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, Marco Moreno
Desde que estalló el caso Caval en 2015, los veranos de la presidenta Michelle Bachelet no se han caracterizado particularmente por su placidez. La crisis de los incendios le significó nuevamente ser foco de críticas, ya que si bien optó por suspender sus vacaciones y hacerse cargo de la coordinación desde La Moneda, se considera que lo hizo tarde y lento.
Con el paso de los días ha ido mejorando y aunque eso no se ha reflejado en las encuestas -aunque existía la posibilidad de que sí se diera el escenario de que remontara-, analistas coinciden en que la propia mandataria conspira en contra de mejorar su imagen en este último año de gobierno, porque la designación de la ex ministra Javiera Blanco en el Consejo de Defensa del Estado (CDE) gatilló reparos, incluso desde la propia Nueva Mayoría. Ello, porque parece evidente que con el nombramiento, la Presidenta no hace más que agradecer la lealtad con que la ex ministra se desempeñó y que le siguió guardando tras su salida del gabinete, donde se mantuvo a pesar del duro cuestionamiento que se hizo a su gestión en el Ministerio de Justicia, particularmente por el manejo de la crisis del Sename y Gendarmería que, incluso la llevaron a enfrentar dos acusaciones constitucionales, aunque ambas se cayeron en la llamada cuestión previa.
Ahora, a un año de dejar el palacio de gobierno, Bachelet da una señal que intranquiliza a un amplio sector de la Nueva Mayoría, porque no parece interesada en revertir, como han reconocido algunos, las malas cifras de los estudios de opinión, lo que según plantea el analista Marco Moreno podría representar una cortapisa para el candidato presidencial del oficialismo de cara a las elecciones próximas.
A juicio del decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Central, la nominación de Blanco no contribuye a la necesaria recomposición del lazo de confianza que la jefa de Estado tenía con la ciudadanía cuando volvió a La Moneda.
El hecho de que la evaluación de sus atributos blandos no mejore, dice Moreno, es una "cuestión grave" "para el candidato, sea quien sea, de la Nueva Mayoría de cara a las presidenciales, porque el gran problema está en que el piso político que le entregue el gobierno no es menor en una elección tan estrecha como la que vamos a tener en noviembre".
– ¿Es posible que la gestión en materia de incendios pudiera significar un punto de inflexión en la aprobación de la Presidenta?
– Puede ayudar, pero el efecto negativo de los primeros días de la crisis quedó y no va a cambiar en la imagen de la ciudadanía. Ya quedó en la imagen colectiva el concepto de mala gestión y es difícil que cambie.
– ¿Esto no es muy significativo para que la Presidenta repunte en las encuestas?
– La única opción que va a tener para salir de esto es en marzo o abril cuando los ojos no estén enfocados en ella, sino en los candidatos presidenciales. Puede remontar, pero va a ser muy menor, porque la gente ya la juzgó en este segundo gobierno y el apoyo va a ser tan bajo que vamos a ver, incluso, que los candidatos de la Nueva Mayoría se van a ir distanciando cada vez más del gobierno de Bachelet. Imagino que en marzo Guillier va a comenzar con esa estrategia.
– Entonces, ¿cuánto le afecta la designación de Javiera Blanco?
– Es una muestra más de que a veces el juicio político de la Presidenta o no consulta o es muy errado. Claramente, nombró a Javiera Blanco por un tema de lealtad y compromiso. Por el favor que le hizo Javiera Blanco de mantenerse en el Ministerio de Justicia hasta el final. Creo que ese favor político, más bien lealtad política, se pagó con el nombramiento y eso es nefasto.
– En este escenario, ¿cuánto más podría afectar a la Presidenta el trascendido de que podría haber aportes extranjeros en su campaña?, ¿podría seguir cayendo si eso se confirmara?
– Sí, podría seguir cayendo más todavía, porque el tema de OAS no sólo va a involucrar los aportes extranjeros, sino que va a despertar los fantasmas del financiamiento de la campaña de Bachelet que aún no se resuelven. Va a volver todo un cuestionamiento a la campaña en general y ese es un flanco débil que no se ha cerrado.
– Dado lo que ocurre con la Presidenta, ¿la opción de Piñera se fortalece?
– No, porque tiendo a creer que Guillier tiene más menos el mismo efecto que Bachelet el 2005, el efecto teflón, que las cosas no lo manchan aún. Y él se puede separar de la gestión del gobierno y no creo que lo afecte, puede afectar a la Nueva Mayoría como conglomerado, pero su candidatura es más que la NM.
– Que Piñera no crezca, ¿es efecto Guillier o que no capitaliza lo mal que está el gobierno?
– El efecto Guillier es claro. Piñera se mantiene en un porcentaje y la tendencia de Guillier es a subir y eso es preocupante. Más aún cuando Guillier ha sido hábil en no cometer muchos errores.
Al hacer un balance del rol que ha jugado la mandataria durante la catástrofe de los incendios en contraste con las decisiones de índole más bien políticas, la analista María de los Ángeles Fernández amplía la mirada y advierte que a esta altura es pertinente hablar sobre el legado de Bachelet y cómo la gente la percibirá, porque "ella ha sido muy antitética con lo que hizo la otra vez", dice, aludiendo a su primer gobierno.
– ¿Es mucho el contraste?
– Ella levantó toda una retórica respecto del liderazgo femenino que le dio mucho rédito. Ahora, se le olvidó todo, vamos con las reformas estructurales y la retroexcavadora que nunca silenció.
-¿Y su gestión en los incendios?
– Es fatal y tardía. Llama la atención que la persona que tuvo sobre sus hombros la gestión inmediata del 27/F llegara nuevamente al gobierno y no le diera prioridad a los temas de desastres naturales y de emergencia. Llama la atención que hayan botado el proyecto de Piñera sin siquiera considerarlo. Luego los problemas de coordinación, que todo gobierno enfrenta, pero que en este caso son de antología. Entonces, de qué sirve crear más instituciones sino se dimensiona bien la coordinación interministerial.
– En terreno, y luego en Palacio la Presidenta lideró el trabajo de los equipos de emergencia ¿eso no le podría redituar en algún momento?
– Creo que no, porque entremedio suceden otras situaciones que neutralizan el posible efecto positivo. Lo de Javiera Blanco, es cuestión de ver Twitter, fue un golpe a la línea de flotación, en un contexto donde la conciencia sobre el abuso es enorme. Es decir, se pueden hacer todas las reformas políticas para los cargos de representación popular, pero sostener que van a servir para cerrar la brecha de confianza entre la ciudadanía y la elite, es mentira, porque pasan estas cosas. Entonces, la desconfianza se acrecienta. El enfoque de las reformas políticas ha sido muy reducido.
– ¿Si se hubiese designado a otro abogado, las críticas no serían tal?
– El personaje fue como para 'Drácula la luz del sol'. Si se nombra a un abogado (a) de la plaza con currículo, la gente ve que calza.
– En este escenario reflota el tema del eventual financiamiento irregular de la campaña...
– Eso ha sido como una espada de Damocles permanente, no tanto el caso Caval que se ve más evidente por el vínculo afectivo, es una sombra de duda permanente. Veo que hay más elementos que conspiran contra su recuperación en las encuestas como para que la ayuden.
– ¿La gestión a raíz de la crisis de los incendios podría significar un punto de inflexión en la aprobación de la Presidenta?
– La evaluación ciudadana va a tender a ser más bien mala y menos la va a valorar positivamente. El gobierno fue más bien reactivo y la ciudadanía no valora positivamente aquello, los resultados para el gobierno no son buenos en relación con la forma cómo enfrentaron esta crisis.
– ¿Quiere decir que la performance de la Presidenta no va a servir de nada?
– La gente va a percibir que es un gobierno que no fue capaz, que no estuvo a la altura de la crisis, por más que después haya un conjunto de acciones que, finalmente, fueron para evitar el costo político.
– ¿Lo que ha hecho la Presidenta puede generar la sensación de que tiene liderazgo para enfrentar la crisis, eso la podría favorecer?
– Podría contribuir a mejorar en algo los atributos que están fuertemente desgastados en ella, como los de credibilidad, capacidad de liderazgo, pero no al punto de despejar absolutamente la duda que la ciudadanía tiene instalada con ella. Porque ese lazo de confianza entre la Presidenta y la ciudadanía se rompió con Caval. Si bien es cierto frente a esta crisis intentó reconectar con la ciudadanía, no es suficiente.
– ¿Cómo influye que no logre remontar en los atributos blandos hechos como el nombramiento de Blanco?
– Es contradictorio, porque ella intenta recomponer el vínculo, el lazo de confianza con la ciudadanía, pero al mismo tiempo pareciera que aprovechando el humo del incendio se hace este nombramiento, que claramente la gente no entiende. Con acciones como éstas se vuelve a instalar la idea de que se protege a unas personas, que el trato es discriminatorio, que no es para todos igual. Eso le impide a la Presidenta recomponer ese lazo de confianza y en segundo término ayudar a que sus atributos puedan mejorar.
– ¿La derecha lo está haciendo mejor? A Piñera se lo acusó de aprovechamiento político.
– La oposición y, particularmente el ex presidente Piñera, no logran capitalizar los problemas del gobierno porque desarrollan una estrategia muy confrontacional, muy de enfrentamiento, que la gente lee como oportunismo político. Y eso a la gente no le gusta.
– Esta sensación de que todos los gobiernos remontan hacia el final, ¿es posible que le ocurra a Bachelet?
– Si bien creo que no va a seguir cayendo y que su piso está en el 20%, no se ve que pueda crecer mucho más. Nunca va a poder remontar la barrera sicológica del 50%
Fuente: www.df.cl