Jueves 10 de Septiembre de 2020
Coloquio que puso de manifiesto las opiniones y experiencias de vecinos del emblemático barrio donde se emplaza el campus UCEN en Santiago, acompañados de un equipo académico expertos en las temáticas de ciudad y relación con el territorio; todo esto a través de una transmisión en directo por el canal de YouTube Actividades UCEN.
La crisis producto del Covid 19 continúa no sólo en Chile, sino a lo largo del mundo. La restricción de movilidad y desplazamiento producto de la pandemia ha modificado las dinámicas sociales en los barrios, la interrelación de los vecinos y sus percepciones sobre el entorno que les rodea. En ese sentido, estos diálogos realizados con habitantes del Barrio Almagro, expusieron las opiniones, dinámicas, miedos y alteraciones en las relaciones con el territorio que se presentan en la comunidad a propósito de los Paisajes Confinados.
Esta instancia, es el segundo conversatorio de este ciclo organizado por la Escuela de Arquitectura y Paisaje. La actividad fue presentada por Javier Figueroa, profesor de la Escuela, junto a la moderación de sus colegas Francisca Fernández, Ricardo Riveros y Walter Imilan, quienes con sus preguntas guiaron la conversación.
Inicialmente, Imilan comentó que “nos hemos visto obligados a aprender y reorganizar nuestras vidas cotidianas en cuanto a trabajos, compras, cuidados para personas, lugares de esparcimiento y esto implica muchas formas de relacionarnos con la ciudad”. Ante eso, planteó como cuestionamientos iniciales para los invitados “¿Cómo ha cambiado su relación con el barrio? ¿Qué cosas nuevas han aprendido hacer?”.
Ante la interrogante, Cristina Orge, vecina adulta del barrio reflexionó que “ha sido un cambio muy radical. Para personas como yo que están jubiladas, creo que lo hemos vivido en distintas fases. He sentido a veces que he perdido un año de mi vida. Sin embargo, fue muy lindo descubrir la red de apoyo local y familiar que se originó. Ha sido gratificante ver toda esa solidaridad en momentos de crisis”. Asimismo, relató que las pocas veces que salía de casa, le resultaba “como vivir otra ciudad, por ejemplo el paseo Bulnes se volvió un silencio extraño con todos los locales cerrados muy poca gente y esos pocos con mascarilla, lo que incluso podría parecer amenazante por no ver los rostros”. En esa línea, aseguró que lo que antes era común, se volvió “una experiencia muy rara y poco amable”.
Por su parte, Felipe Aranguiz, presidente de la Junta de Vecinas y Vecinos Almirante Blanco Encalada, hizo su propio balance y señaló que “por una parte valoro lo positivo -del confinamiento- porque esto de alguna manera nos permitió estar mucho más tiempo juntos como familia, con mi compañera, con mi hijo, lo que en una época normal, por el trabajo y otras cosas no era así. Lo negativo es que con mi hija mayor no hemos podido vernos presencialmente desde marzo, aún cuando mantenemos el contacto por distintos medios, hace falta el abrazo”.
Desde su rol de dirigente vecinal mencionó que no han parado “hemos visto distintas iniciativas con otros vecinos cómo abordar la situación y creo que cómo barrio hemos estado a la altura de la situación y hemos aportado mucho, aún cuando nos hemos visto limitados en nuestras formas de relacionarnos cómo vecinos por el distanciamiento, así que ha sido complicado no compartir cómo antes con la comunidad”.
Toda la conversación se encuentra disponible AQUÍ.