Martes 4 de Mayo de 2021
Este espacio de diálogo nace producto de la pandemia y las cuarentenas que en consecuencia ha suscitado, donde la premisa es escuchar, analizar y reflexionar acerca de las diferentes experiencias de vecinos de San Antonio, guiados por un equipo académico expertos en las temáticas de ciudad y relación con el territorio.
Nuevamente la Escuela de Arquitectura y Paisaje trae una nueva entrega del Ciclo Paisajes Confinados, instancia que pone nuevamente el foco en San Antonio, a través de la mirada de vecinos y actores sociales de la localidad, con el propósito de reconocer y valorar las prácticas cotidianas y saberes populares de la relación paisaje-habitante, comprendiendo cómo las percepciones, las relaciones sociales y los valores simbólicos de los paisajes han sido alterados y cómo los habitantes de San Antonio se proyectan en sus territorios, considerando un antes y un después respecto a sus primeras experiencias narradas en el encuentro realizado en el 2020 tras iniciarse los primeros confinamientos .
Esta instancia, es el tercer conversatorio de este ciclo el cual fue presentado por Javier Figueroa, profesor de la Escuela, junto a la moderación de sus colegas Francisca Fernández y Ricardo Riveros quienes con sus preguntas guiaron la conversación.
“El objetivo de este nuevo reencuentro es saber si las nuevas prácticas cotidianas, las percepciones, valores simbólicos, detectados en la primera ocasión -conversatorio anterior- se han consolidado en el tiempo o si han aparecido nuevas percepciones, nuevos valores o nuevas prácticas entendiendo que San Antonio es el principal puerto de la zona central de Chile ubicado en la V Región, que junto a Valparaíso son las grandes puertas que unen a Chile con el mundo” explicó Figueroa a modo de introducción.
Fernández, por su parte, se refirió al contexto que enmarca este encuentro, relacionado al proyecto desarrollado con la comunidad a través de la Fundación San Antonio Siglo XXI desde el 2014, que trata acerca de un plan maestro de paisaje y áreas verdes para San Antonio, “dónde se han identificado áreas de valor paisajístico, levantadas de la propia comunidad que definen la valoración local del paisaje comunal, desde el ámbito ambiental, sociocultural, histórico, patrimonial entre otros por lo que estos diálogos serán de aporte que tributa a ese trabajo”.
Los panelistas invitados, quienes hacen vida en comunidades de San Antonio, realizaron una primera ronda de reconocimiento y análisis de las nuevas etapas de confinamiento versus lo vivido al principio de la pandemia y documentado en el encuentro anterior; contaron cómo han ido cambiando las percepciones -o no- a lo largo de los meses transcurridos.
Claudia Navarro, artista urbana de la zona, señaló que las tecnologías les resultaron de ayuda al colectivo artístico especialmente en el primer periodo de la pandemia, donde se mantuvieron muy conectados. En esa línea enfatizó que “a partir de diciembre, a través de los permisos de vacaciones pudimos retomar los espacios en la vía pública y desarrollar nuestras actividades, sin embargo, se dio una desconexión entre los artistas. En el nuevo confinamiento, hemos vivido la etapa más compleja, muy crítica, donde ha sido muy difícil mantener los lazos cómo grupo, ya que nuestra situación ha sido más precaria, pero estamos trabajando hoy día en cómo poder generar de nuevo los vínculos para poder retomar las ayudas para toda la gente del gremio”.
En tanto, Jaqueline González, profesora del Colegio Pablo Neruda comentó cómo ha sido la experiencia en ese plantel: “hemos logrado llegar a los estudiantes de manera virtual con plataformas digitales, entrega de tabletas y chips y también hemos citado a los apoderados, de modo que hemos creado lazos con ellos permanentemente dado los lugares de ubicación”. Comparó la situación con otro colegio donde laboró el año anterior, el cual se emplaza en la zona rural de Leyda y destacó que “los estudiantes viven en espacios súper amplios, de una hectárea, donde pueden tener contacto con sus amigos, salir a caballo y es totalmente distinta la forma de relacionarse entre paisaje urbano y rural” Además valoró cómo se ha fortalecido la comunidad en términos de aprovechar la vida de barrio, por ejemplo al ser ahora más asiduos a comprar en negocios chicos y no el supermercado.
Por otro lado, Juan Herrera, jubilado del sector portuario y miembro de agrupación cultural Raíces del Puerto, órgano donde la mayoría de los socios son adultos mayores, comentó lo complejo que ha sido la situación de contacto físico y telemático, en virtud de las dificultades en el manejo tecnológico por las brechas digitales de los miembros de la agrupación, situación que ha sido permanente durante toda la pandemia.
El relato de Ítalo Bustamante, quien es articulador en la Fundación San Antonio Siglo XXI, hizo referencia a las redes de colaboración establecidas entre los vecinos del barrio: “dentro de esta transformación, han surgido varías cosas distintas; enfrentamos -esta vez- el tema de las cuarentenas, pero no desde el miedo a lo desconocido, sino que ya se sabía a lo que debía enfrentarse. Es un escenario que cambió la percepción de este confinamiento, sin embargo, si surgió -en casos determinados- el tema del agobio por el espacio las personas se encuentran día a día, temas de salud mental, violencia intrafamiliar, episodios de discusiones fuera de lo común en las calles producto de la exacerbación de los ánimos que se da en este contexto”.
Como anécdota, Bustamante comentó cómo a través de la Fundación San Antonio Siglo XXI, se adaptaron a las nuevas tecnologías y dio como ejemplo la experiencia de un programa de fomento lector con 3 jardines infantiles de la localidad, con capacitaciones, asesorías y equipos trasladados al ámbito virtual “se abrieron nuevos mundos y posibilidades, pero siguen habiendo acciones que si o si tienen que ser presenciales las cuales deberemos tomar con mucho resguardo” destacó.
Para conocer en profundidad los diálogos entablados durante este encuentro, ingrese al video AQUÍ.