Lunes 2 de Noviembre de 2020
Académico con amplia experiencia docente y egresado centralino, recalcó que entre las principales habilidades y herramientas que por el actual contexto se han puesto en valor en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes están el desarrollo de la imaginación y la habilidad de aprender a jerarquizar y organizar la cantidad de información disponible.
Al staff de docentes jornada de la carrera de Arquitectura del Paisaje se suma Pablo Soriano, Arquitecto del Paisaje y Ecólogo Paisajista, titulado en esta casa de estudios, quien además cuenta con un Magíster en Planificación y Desarrollo Territorial y es doctor en Planificación Territorial y Turismo, de la Universidad de Barcelona, en España.
Desde 2004, Soriano ha estado involucrado a la labor docente en la UCEN, inicialmente como ayudante y ya en 2009 como profesor de Taller. Hizo hincapié que este paso de años ha sido de forma intercalada, en virtud de los estudios que ha realizado fuera de Chile, pero que en total suma 16 años de trayectoria en la academia dentro de esta institución, donde ahora es parte del equipo jornada.
En su experiencia, comentó que los estudiantes durante la carrera Arquitectura del Paisaje se enfrentan a distintos desafíos “en primer lugar, el lograr el desarrollo de las habilidades personales, que son clave para la vida y para la vida profesional. Eso es lo primero, primero escuchas a una persona, conectas con su valor humano, generas un vínculo, la empatía, el cómo se expresas y organizas las ideas. Lo segundo es el contenido, claro, y ahí es el desafío de aprender y portar un nivel profesional con un sustento técnico, crítico, científico y creativo por supuesto”. Destacó que se trata de una misión de todos los días “de aportar lo anterior en cada espacio académico”, entendiendo la labor de apoyo que va desde la docencia.
En tanto, no quedó ajeno al actual contexto de enseñanza-aprendizaje que limita el trabajo en terreno y las prácticas presenciales para la carrera, no obstante, reveló que ha sido la oportunidad de poner en valor herramientas y habilidades: “la imaginación, que forma parte del valor de una persona. Creo que la tenemos subvalorada, lo mejor claro, es estar en el territorio (en el paisaje) que es el gran laboratorio de aprendizaje y aplicación, pero la imaginación retiene lo importante de lo anterior y contribuye a la creación de la arquitectura del paisaje en este caso”.
Asimismo, manifestó que, en su labor docente, hay herramientas que fomenta para trabajar la imaginación y "bajarla al análisis y al proyecto”. En ese orden de ideas, destacó herramientas tecnológicas y “la cantidad de información que actualmente existe, concretamente el Google Street es fantástico (que jamás compite con la realidad) y la información, datos, conocimiento que existe en internet”. También aseguró que, respecto a tal cantidad de información disponible, “la habilidad a desarrollar es aprender a jerarquizarla y organizarla, porque también los estudiantes (y uno mismo claro) se pueden ‘perder’ en este océano casi infinito de información. Ahí estamos los profes para acompañarlos y guiarlos por desarrollar competencias (no darles información, eso ya pasó) si no fomentar el desarrollo del pensamiento crítico y analítico para canalizar y organizar esta información” finalizó el académico.