Martes 30 de Julio de 2019
El destacado cantautor, trovador y luthier chileno, se presentó el jueves, 25 de julio en el museo Lucila Godoy Alcayaga junto a estudiantes de las carreras de Lenguaje y Comunicación y Educación General Básica de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales.
Con el objetivo de acercar la música, la poesía y el teatro medieval a los estudiantes, la unidad de Extensión Académica y Cultural de la Dirección de Comunicaciones Corporativas junto a la carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación, organizaron el encuentro en el que participaron cerca de 40 estudiantes y docentes de la carrera.
La apertura del encuentro, estuvo marcada por las historias que compartió el músico a los jóvenes, a quienes confidenció su pasión por los instrumentos y la pedagogía “me divierte y me agrada el contacto universitario, soy profesor de música formado en el ex pedagógico. Hice siete años clases pero luego escapé del sistema para ingresar al grupo Calenda Maia”.
Poco a poco las historias fueron dando luces de su gran habilidad para las manualidades y la pasión por la música; ni los tiempos difíciles fueron una excusa para que este trovador dejase de hacer lo que más amaba: crear, componer y enseñar.
Lutheria escolar
Su constante curiosidad, lo llevaron a desarrollar el arte de la “lutheria escolar”, oficio que combina la construcción de instrumentos con la enseñanza de la música como disciplina.
“Me puse a diseñar un método para fabricar instrumentos con niños, me pidieron hacer violines. Fracasé tres años seguidos: el primer año logré hacer sólo algunas piezas, al segundo intenté hacerlos planos porque era muy difícil curvar las maderas y al tercer año, se me ocurrió hacer un violín super raro con una forma diferente y lo logramos, pero era caro comprar las cuerdas y un arco”.
Continuó: “los talleres los hacíamos en sectores donde había mucha escasez de cultura, de dinero y de cariño. Ante tanto fracaso pensé, ¿qué es lo que más se toca? La guitarra…Tomé un palo de los mismos del violín y le fui dando forma de trapezoide con un clavijero de mandolina. Debía abaratar costos como fuera”.
Finalmente, el cantautor volvió hacer clases en algunos colegios de la capital y según comentó a los estudiantes de pedagogía, “para aprender se debe enseñar y yo lo hice de muchas formas hasta que di con la clave, sé por ejemplo que en cinco clases cualquier persona puede construir uno de estos instrumentos, los he visto nacer de sus manos”.
Calenda Maia
La agrupación de música medieval y teatro, fundada por Italo Fuentes y Jorge Matamala, este último mentor y profesor de Barahona, es sin duda el caso de éxito más importante en la carrera del cantautor, “no usamos el atuendo clásico de pantalón negro y camisa blanca o corbatín. Nuestra puesta en escena es un momento real de la Edad Media, podríamos decir que en el siglo doce pero invertido al siglo veintiuno y con todos los instrumentos a la vez. Lo que hacemos es pedagogía, enseñamos la cultura de otras épocas” concluyó.
Cada historia o anécdota contada a los estudiantes, Barahona las fue acompañando de algún instrumento, de esta manera la sala de museo se fue llenando con los sonidos de la chasca, el cuerno, la tromba marina, la tumba y hasta una gaita gallega, todas interpretaciones cargadas de talento y que los asistentes agradecieron con un cerrado aplauso.