Viernes 1 de Marzo de 2024
Carlos Guajardo, especialista en procesos pedagógicos y académico de la U. Central, advierte que es primordial para este regreso a clases, observar cómo llegan emocionalmente las y los estudiantes luego de sus vacaciones.
El 1 y 5 de marzo, el Ministerio de Educación ha definido el inicio del año escolar 2024 e ingreso de estudiantes, lo cual ha implicado que, desde el mes de febrero, muchos padres de familia deban disponerse a comprar uniformes escolares, materiales y textos que serán utilizados por sus hijos para el año académico que precede.
No podemos olvidar que, los estudiantes permanecieron más de dos meses de vacaciones destinadas a la desconexión del trabajo y las responsabilidades que son propias del sistema educativo escolar, por lo mismo, debemos ser cautos y no poner el “pie en el acelerador” de manera tal que, exista un estrés premeditado el primer día de clases. Frente a ello, es posible mencionar algunas recomendaciones: al menos una semana previa al inicio de clases, habituar a los estudiantes a que inicien el día más temprano, desayunen, lean algún texto de su interés y se acuesten un poco más adelantado. Por otro lado, es fundamental que los padres no presionen a sus hijos con frases como: “este año debes obtener buenas notas”, “tienes que portarte bien y no generar problemas”, “eres tú el responsable de las tareas que te den en el colegio”. Más bien, reemplazarlo por una actitud que se torne natural preguntándoles: ¿qué desafíos te propones para este nuevo año escolar?, ¿cómo podemos ayudarte?
En el contexto pedagógico, a cargo principalmente de la escuela, es primordial estar al tanto de cómo llegan emocionalmente los estudiantes luego de sus vacaciones, y no cometer los errores pos-pandemia, en que nos olvidamos de lo socioemocional y pusimos el foco en nivelar lo más rápido posible en las asignaturas, sin darnos cuenta si los estudiantes estaban o no motivados por aprender. Habrá que ser responsables como profesionales de la educación sin atiborrar con extensas pruebas de diagnóstico y conceder el tiempo que sea necesario para nivelar lo que posiblemente fue olvidado por los niños y jóvenes. Asimismo, el rol del MINEDUC en esta materia es clave para que los establecimientos escolares no se sientan presionados por la progresión de los Objetivos de Aprendizaje, sabiendo que los estudiantes podrían demandar más de una o dos semanas para retomar los conocimientos previos de las asignaturas que son propias del currículo nacional.