Miércoles 11 de Diciembre de 2024
La investigación, a cargo del sociólogo e investigador, Axel Callís y el Doctor en Sociología, Matías Gómez Contreras, arrojó que existe un cambio cultural, principalmente en jóvenes, influido por factores como la salud mental, el culto al cuerpo, preocupaciones climáticas, incertidumbre laboral y los cambios en los proyectos de vida de las nuevas generaciones.
El Laboratorio de Conversación Pública de la Facultad de Economía, Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central presentó el informe "Corrientes Subterráneas: Nuevas Conversaciones para Tener Hijos en Chile Hoy", liderado por Axel Callí; sociólogo, investigador y director de TuInfluyes.com, y Matías Gómez Contreras; doctor en Sociología y académico de nuestra Casa de Estudios.
El lanzamiento oficial de esta publicación se llevó a cabo en el estudio de televisión de la Universidad Central y contó con la participación de los dos autores de la investigación, junto a Martina Yopo, Doctora en Sociología y experta en temas de natalidad, género y maternidad, y Rafael Gumucio, Escritor y Columnista.
El estudio analiza las razones detrás de la baja natalidad en Chile desde una perspectiva innovadora, utilizando metodologías digitales para identificar y comprender las conversaciones que se generan en redes sociales y otros espacios de interacción ciudadana. Chile, con una tasa global de fecundidad de 1.17 hijos por mujer, ha experimentado un descenso demográfico notable desde la década de 1960, cuando las mujeres tenían en promedio 5.4 hijos.
"De las 584 noticias analizadas sobre natalidad en Chile, la mayoría aborda el tema desde una perspectiva económica, enfocándose en la relación entre las mujeres y la baja tasa de natalidad, con énfasis en su impacto en la fuerza laboral y la economía del país. Sin embargo, en las redes sociales, las conversaciones son mucho más amplias e inclusivas, considerando no solo a las mujeres, sino también a los hombres, las parejas y las familias, lo que evidencia una diversidad de perspectivas que no siempre se reflejan en los medios tradicionales", indicó Callís.
Según los investigadores, las razones tradicionales para no tener hijos, como los altos costos de crianza y las limitaciones económicas, se han ampliado con nuevos argumentos surgidos en el contexto post-pandemia. Factores como la salud mental, la percepción del cuerpo como un proyecto personal, y la competencia de los hijos con planes de vida individuales son hoy elementos clave en esta decisión.
El estudio también destaca cómo los medios de comunicación y las redes sociales abordan este fenómeno. Mientras los primeros priorizan una narrativa económica y política, centrada en la preocupación por la sostenibilidad del sistema de pensiones y la fuerza laboral futura, las redes sociales reflejan un cambio cultural más profundo. En estas plataformas, la conversación gira en torno a la realización personal, el cuidado del cuerpo y nuevas formas de vida, como las familias sin hijos o con mascotas que ocupan un lugar protagónico.
"Mientras los medios hablan de economía y políticas públicas, las redes reflejan cambios culturales, donde se prioriza la realización personal y nuevas formas de vida, como familias con mascotas en lugar de hijos. Los hijos ahora compiten con planes personales como viajar o el desarrollo profesional", agregó Gómez a la conversación.
La discusión también aborda la transformación de los valores en las generaciones más jóvenes, donde el cuidado del medio ambiente y las crecientes crisis globales refuerzan una visión pesimista sobre el futuro. Además, se señala la falta de apoyo estructural por parte del Estado y las empresas para fomentar la maternidad, así como el impacto de las desigualdades de género en las decisiones reproductivas de las mujeres.
Frente a este escenario, expertos plantean que una estrategia clave para enfrentar el desafío de la natalidad es garantizar servicios de cuidado infantil accesibles y de calidad desde el término del permiso parental. Además, se identifican beneficios tributarios, acceso a vivienda, y mejoras en salud y educación como medidas que podrían incentivar la decisión de tener hijos. Sin embargo, Rafael Gumucio advierte que estos incentivos no son suficientes si no se altera la percepción subjetiva de la maternidad y paternidad. "Tener hijos no es solo una cuestión de costos o incentivos del Estado. También es una experiencia emocional que debe ser valorizada y promovida de manera positiva en nuestra sociedad", sostuvo.
El rol de la migración también es crucial en este debate. Actualmente, uno de cada cinco niños nacidos en Chile tiene una madre migrante, proporción que es aún mayor en el norte del país. Este fenómeno plantea preguntas fundamentales sobre cómo la sociedad chilena está generando condiciones para que estas familias se desarrollen plenamente y contribuyan al futuro del país.
“Gran parte de las nuevas generaciones que nos van a sostener como país son de madres migrantes. Por el contexto y los significados de la migración hoy en Chile, eso está generando muchas tensiones. Efectos directos de eso son, por ejemplo, la mayor vulnerabilidad que tienen las madres migrantes en los servicios de salud al momento de gestar y de dar a luz, y los mayores niveles de vulnerabilidad que tienen esos niños al momento de enfrentarse a los distintos servicios del Estado; educación, salud, vivienda, etc.”, agregó Martina Yopo.
Por último, el estudio enfatiza que las políticas públicas, aunque esenciales, deben complementarse con un cambio cultural profundo. Cambiar la narrativa social para destacar los aspectos positivos de la maternidad y la paternidad podría ser un paso importante para revertir las tendencias actuales. Este enfoque integral, que combina medidas económicas, culturales y sociales, tiene el potencial de promover una sociedad más inclusiva y con mejores perspectivas demográficas y económicas.
PUEDES LEER EL INFORME COMPLETO EN ESTE ENLACE.