Lunes 9 de Diciembre de 2024
El programa liderado por la carrera de Publicidad de la Universidad Central promueve el liderazgo de mujeres en comunidades evangélicas y refuerza valores de inclusión y pluralismo.
Con un conversatorio titulado “Mujeres, violencias e iglesias”, realizado en el Salón Rojo del edificio Gonzalo Hernández Uribe, se dio cierre a la Escuela de Mujeres y Comunicación 2024, organizada por la carrera de Publicidad de la Universidad Central en colaboración con instituciones religiosas y sociales. En la ocasión se celebraron los logros de un programa que, desde su creación en 2020, ha empoderado a mujeres cristianas evangélicas en liderazgo y comunicación efectiva. Este año fueron cerca de 80 las mujeres que participaron de estas sesiones, provenientes de todo Chile.
En esta oportunidad, la escuela ofreció dos ciclos formativos de 10 sesiones cada uno, abordando temas clave como argumentación, narración con propósito y liderazgo. Alrededor de 50 mujeres fueron capacitadas, consolidando habilidades que no solo reducen brechas de género en sus comunidades, sino que también potencian su impacto como líderes. Las participantes destacaron el enfoque práctico y personalizado del programa, que les permitió fortalecer su confianza y aplicar herramientas concretas en sus roles pastorales y comunitarios.
El conversatorio estuvo liderado por Alejandra Riveros, Directora de la Carrera de Publicidad, quien estuvo acompañada por Izani Bruch, Capellana Evangélica de La Moneda; Susan Hernández, Máster en Estudios Teológicos y profesora en la Academia de Teología María Magdalena; y por Natalia Salas, Pastora evangélica, Magíster en Estudios de Género y Directora de la Academia de Teología María Magdalena.
En la instancia, y en representación del Decano de la Facultad, el Coordinador de Vinculación con el Medio, Arturo Barrera, indicó que “los programas como el de la Escuela de Mujeres y Comunicación son iniciativas permanentes que reflejan el compromiso de la universidad con el pluralismo y la vinculación bidireccional con la comunidad. Este enfoque no solo busca formar a mujeres en áreas relevantes como la comunicación, sino también fortalecer valores institucionales como la inclusión y la diversidad de creencias y visiones del mundo.”
El compromiso de la directora de la carrera, Alejandra Riveros, fue ampliamente reconocido. Su liderazgo ha sido fundamental para consolidar el programa como una iniciativa de largo plazo que promueve la inclusión y el pluralismo, pilares fundamentales de la Universidad Central. Además, la universidad reafirmó su compromiso de continuar expandiendo este programa de VCM en los próximos años, destacando su impacto positivo en la carrera, la facultad y la institución en general.
La Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR), dependiente del Ministerio Secretaria General de la Presidencia, también participó en la actividad, destacando el programa como un ejemplo de cómo combatir la exclusión y promover la equidad de género en las comunidades de fe. Se resaltó que, aunque se han logrado avances como la paridad en equipos de liderazgo, aún persisten desafíos como la misoginia y la resistencia al liderazgo femenino.
“Es inspirador ver cómo este programa fortalece el liderazgo de las mujeres, algo que también impulsamos desde el gobierno. Esperamos colaborar en futuras iniciativas que continúen visibilizando el rol fundamental de las mujeres en las comunidades religiosas”, señaló Omar Cortés Gaibur, director de la ONAR.
Además de los logros celebrados, la instancia también sirvió para reflexionar sobre los desafíos actuales de las iglesias evangélicas, particularmente en torno a la violencia de género. Las líderes presentes hicieron un llamado a enfrentar estas problemáticas desde una perspectiva de justicia e igualdad, inspirada en el evangelio. “El cambio requiere diálogo, educación y una transformación profunda que puede tomar generaciones, pero que es imprescindible para construir relaciones más equitativas y justas”, afirmó Izani Bruch.
La Escuela de Mujeres y Comunicación se consolida como un espacio de aprendizaje, empoderamiento y transformación social. Con una trayectoria que refleja crecimiento y compromiso, este programa proyecta su impacto hacia el futuro, buscando seguir siendo un referente en la promoción del liderazgo de mujeres y la equidad de género en Chile.