Lunes 12 de Julio de 2021
Particularmente en procesos de familia la valorización que puedan hacer los y las trabajadoras sociales es fundamental para un correcto desenlace e intervención en tribunales.
“Existe sinergia entre Trabajo Social y la Clínica Jurídica en particular. Nos hemos retroalimentado mutuamente, hay diálogo y trabajo interdisciplinario. Trabajo Social ha sido pilar fundamental en nuestro hacer”, advirtió el académico de la Clínica Jurídica UCEN, Raúl Orellana.
Por lo mismo, las carreras de Derecho y Trabajo Social realizaron el conversatorio “Pericias sociales en procesos de familia: aspectos prácticos” en que se evidenció el importante rol del perito social en las causas judiciales. Las pericias sociales son “medios de prueba”, en las que “el perito informa, comprueba y concluye”, explicó en profesor Orellana.
“Cuando la ley lo ordena o cuando según el tribunal hubiere que apreciar algún hecho o circunstancia relevante para la causa”, se llama al trabajador social, quien hace un “informe social o socio-familiar” en temas de “cuidado personal, relación directa y regular, alimentos menores, divorcios, violencia intrafamiliar y causas proteccionales”, comentó Orellana. En la práctica, “existe una relación bien íntima: realización de informes socio-familiares para causas de consultorio y curadurías ad-litem”, instancia de aprendizaje para los y las estudiantes de Trabajo Social y de apoyo trascendental para los abogados que forman parte del proceso.
Pilar Garay es trabajadora social, perito y entrenadora pericial. Está inscrita en las Cortes de Apelaciones de Santiago y Valparaíso y comentó la “importancia del perito trabajador social. Tiene carácter de experto por su formación académica”, ya que tienen un “análisis y mirada interdisciplinaria frente a la problemática social que se nos planteó y que debemos dar respuesta”. Son personas con “conocimientos especiales, designados en un proceso determinado; que verifican hechos, los ponen en conocimiento del Juez, y dan su opinión fundada”, enfatizó.
“Los peritajes son un requerimiento cotidiano. Se necesita, está muy en voga. Si bien hay un gran número de peritos a nivel nacional, es muy importante que se vayan perfeccionando en el tiempo. La especialización de peritaje tiene mucha actualización. Siempre se está aprendiendo, incluso de otros colegas”, reconoció.
Por su parte, la profesora de Trabajo Social Cristina Rodríguez, se refirió a la evaluación familiar como “el proceso de identificar, recolectar y sopesar información para comprender los factores significativos que afectan la protección, permanencia y bienestar infantil, las capacidades protectoras parentales y la habilidad de la familia para garantizar la seguridad de sus niños” (Johnson et al., 2006, p.1). Su objetivo es identificar las áreas de necesidad, llevando al desarollo de un plan de servicios o plan de intervención; identificar las fortalezas y recursos de la familia que pueden ser movilizados para ayudarla; incorporar información obtenida a través de otras evaluaciones. La académica se refirió también a la Escala de Evaluación Familiar de Carolina del Norte (NCFAS) y lo comparó con el menos usado Modelo de Evaluación de Condiciones para la Parentalidad (MECeP): hay que “instalar una inquietud de cómo los instrumentos de valoración hoy son sometidos a una evaluación”, dijo.
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