“Ideas Centrales para la Nueva Constitución” fue elaborado por 23 académicos y académicas de la Facultad para aportar al debate constitucional. “Espero que tenga la lectura que merece y sea considerado como un tremendo aporte desde la academia, pero no para académicos, ni como un producto intra académicos, sino fundamentalmente como un producto que se dirige para quienes están participando en este proceso”, dijo la Ministra de la Corte Suprema, Dra. Ángela Vivanco. El texto también fue presentado por el abogado de la Universidad Central, ex senador y actual Convencional Constituyente, Felipe Harboe.
“Para nuestra universidad representa un orgullo contar con un cuerpo académico que en un momento tan especial para Chile contribuye con este gran aporte, no solo de gran calidad técnica y académica; sino que de un contenido accesible para cualquier ciudadano que se interese por conocer o profundizar en lo que significa llevar adelante un proceso constituyente y que desee contribuir en la discusión desde una posición informada y con altura de miras”, dijo el Rector de la Universidad Central, Santiago González Larraín, durante el lanzamiento virtual del libro “Ideas Centrales para la Nueva Constitución” el martes 3 de agosto. “Sin lugar a dudas (esta obra) constituye una real contribución al proceso constituyente que vive nuestro país (...) y esperamos, con gran anhelo, para las y los miembros de la Convención Constitucional que tienen la misión de proponer al país una nueva constitución”, agregó.
“Esta es una obra que pretende contribuir con un lenguaje simple, sencillo, al debate y al diálogo constitucional”, advirtió el Decano de la Facultad de Derecho y Humanidades (FACDEH), Emilio Oñate, sobre el libro que fue escrito colectivamente por 23 académicos y académicas de Derecho y Trabajo Social. “Los textos lo que hacen es explicar de manera introductoria una institución, luego hacer un análisis de cómo en el ordenamiento jurídico esa institución se aborda y además, si es procedente o no, ver en la experiencia comparada el abordaje de esa institución o contenido y cómo podría plasmarse aquello en un nuevo texto constitucional”, explicó y agradeció que la obra entrega “una nueva perspectiva de los derechos fundamentales” y propone temas “que no han tenido un tratamiento” en el texto actual, como lo son los derechos de personas privadas de libertad o cuidado de personas mayores. “Que el proceso constitucional sea exitoso va a beneficiar a la sociedad en su conjunto y la universidad es un espacio para pensar y contribuir a ello”, enfatizó el profesor Oñate.
En esa línea, destacó la directora de Edición y Formación de la prestigiosa editorial española Tirant lo Blanch en Chile, Valeria Guerra, “el título es muy significativo”, respecto a lo que obtienen los y las lectoras de “Ideas Centrales para la Nueva Constitución”, especialmente en este momento de “entusiasmo” con el trabajo de la convención “esta obra es sin duda un gran aporte al proceso constituyente”.
El lanzamiento fue moderado por el editor del libro y director del área de Derecho Público, Dr. José Ignacio Núñez, quien lo calificó como “una obra de divulgación científica destinada a proporcionar insumos a la ciudadanía para que participe activamente en las etapas que vienen dentro del proceso constituyente”, de forma que “efectivamente todas y todos podamos participar y reflexionar: para que todos y todas seamos constituyentes”. Esto, porque “la creación de una nueva constitución implica la convocatoria a toda la ciudadanía a ser agentes incidentes en la redacción del contrato social que organizará las bases de nuestra convivencia, pero –tal vez más importante– de la próxima generación. Por eso es indispensable que nosotros y nosotras reivindiquemos nuestro derecho a proponer e incidir durante el período de trabajo de la Convención”. “Ideas Centrales para la Nueva Constitución” “no pretende hacer eco en la “academia”. Esta obra no ambiciona ser un “mar”, sino a estimular ondas en el agua”, puntualizó el profesor de Derecho Constitucional.
El texto fue presentado por dos importantes invitados: la Doctora en Derecho y Ministra de la Corte Suprema, Ángela Vivanco; y el abogado de la Universidad Central, ex senador y actual Convencional Constituyente, Felipe Harboe. La profesora Vivanco se refirió al proceso constitucional que enfrenta el país como una “una estupenda oportunidad” para destacar “aquello que nos une, que es precisamente el propósito de tener un nuevo texto constitucional que sirva a las personas y a sus derechos. Las constituciones son cartas de derecho” y debieran hacerse “desde una perspectiva de derechos fundamentales”.
Según la Ministra, el libro se encarga de “dar grandes lineamientos, grandes miradas, sobre aquellos temas que tendría que concitar nuestra atención” en el proceso constituyente. “El listado de artículos contenido en el libro me parece muy interesante” ya que “comparte que la gran base de un proceso constitucional como este son los derechos fundamentales”. Asimismo, valoró que “en la revisión de aquellas materias que debiéramos tener a la vista en este proceso constitucional se considera la experiencia comparada”. Para la profesora, “el libro se hace cargo de tres elementos asociados con los derechos fundamentales que me parecen muy importantes y que la Constitución de 1980 no están demasiado desarrollados”: 1) “la necesidad de que los derechos fundamentales se desarrollen, se reconozcan y se garanticen en una medida de equilibrio entre ellos y no estableciendo presuntas jerarquías”; 2) hay ciertos derechos que están en otras constituciones y “que nosotros tenemos pinceladas o tratamientos bastante débiles”, como los temas de salud mental, intermediación en materia penal, derechos de personas privadas de libertad, cuidado de ancianos, pueblos originarios, entre otros, los que “debiesen estar incorporados a una matriz de derechos y, por cierto, protegidos por acciones cautelares”; y 3) incorpora el “concepto no solo de los derechos fundamentales individuales, sino también colectivos”.
“Cada uno de los capítulos conversa con el siguiente, generando un modelo que debe ser moderno, efectivo, eficaz, sencillo”, comentó la jurista. “Es un libro muy bien estructurado y bien presentado (...) y espero que tenga la lectura que merece y sea considerado como un tremendo aporte desde la academia, pero no para académicos, ni como un producto intra académicos, sino fundamentalmente como un producto que se dirige para quienes están participando en este proceso”, finalizó.
El abogado de la Universidad Central y actual convencional constituyente es uno de los y las 155 mandatados para redactar una nueva carta fundamental. Por lo mismo, era el candidato ideal para presentar también la obra. ““Ideas Centrales para la Nueva Constitución” no es un libro más que venga a adornar la ya abundante bibliografía que existe en torno al proceso constituyente. Se trata de una contribución científica a los ciudadanos, no necesariamente a los académicos, para sentirse parte de este proceso”, destacando el “recorrido” de temas y reflexión que se hace de ellos.
Este texto es “oportuno” porque “aborda temas de esta era” y “tiene la capacidad de instalar temas oportunos y actuales en la agenda del constituyente y de los ciudadanos”, comentó el ex senador. “No se trata de hacer una Constitución analógica para una sociedad digital. Se trata de hacer una Constitución que adicionalmente -como dicen algunos de sus autores- tenga un lenguaje evolutivo para que tenga esta vocación de estabilidad que tiene que tener todo texto constitucional”.
El ex diputado destacó diversos capítulos, como el de los derechos de las personas privadas de libertad, señalando que “es un ejercicio ya no solo académico, sino ético, que entra a provocar al lector en torno a no seguir olvidando u obviando” a este grupo al que no se le entregan las condiciones para ejercer sus derechos fundamentales.
“Vaya tremenda tarea de convencer a las y los constituyentes que la extensión del texto constitucional, y por consiguiente de los derechos, no garantiza que estos sean aplicables, mas sí podría hacerse a través de principios constitucionales. Creo que la posibilidad que se nos da en el texto de reflexionar en torno a la profundidad de la concepción que debemos tener respecto a nuestros pueblos originarios es muy importante” y advirtió que la pregunta que deberán hacerse los y las convencionales es cómo incorporar las cosmovisiones distintas sin generar fracturas territoriales, étnicas o sociales”. También destacó que “este va a ser el primer texto constitucional de la historia republicana que va a haber nacido en un medioambiente que por primera vez sabemos que es finito y agotable”, por lo que “tenemos que crear un ecosistema constitucional jurídico y administrativo que permita equilibrar la producción de bienes y servicios con la sustentabilidad ambiental”.
“Las constituciones requieren que los procesos que les den origen sean exitosos. Y este texto, si es analizado por los y las constituyentes, pero también por los ciudadanos y se sienten con la motivación de participar de las audiencias públicas, creo que va a ser una tremenda contribución al debate”, explicó Harboe. ”Las constituciones no es la suma de intereses individuales, es una visión sistémica de sociedad, un todo armónico. Hay que tener la capacidad de amalgamar en un texto dotado de coherencia, de realismo y que tenga vocación de estabilidad en el tiempo. Eso es una constitución”, advirtió. “Un texto como este fomenta la participación ciudadana en el proceso (y con él) se cumple el objetivo inicial de la etimología del concepto de universidad: unidad en el propósito y diversidad en los conocimientos. Esa unidad de conceptos es la que permite que la Universidad Central hoy día participe activamente a través de un texto como este en el proceso constitucional”, sentenció el convencional constituyente.
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