Lunes 16 de Agosto de 2021
La académica de la Universidad de La Frontera, Dra. Estefanía Esparza, y el director del Doctorado en Derecho UCEN, Dr. Jorge Ulloa, expusieron sobre el tema. La profesora invitó a ““consagrar la no discriminación” como valor fundamental en la nueva Constitución.
La Facultad de Derecho y Humanidades (FACDEH) realizó la tercera conferencia del ciclo sobre temas relevantes del proceso constituyente que enfrenta el país. En esta oportunidad se habló sobre “Igualdad y no discriminación” con dos expositores de primer nivel. Presentó el tema el director del Doctorado en Derecho y Doctor en Filosofía, Jorge Ulloa Plaza, y expuso la académica de la Universidad La Frontera y consejera del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Dra. Estefanía Esparza Reyes.
“Creo que es solo desde las situaciones concretas, desde donde uno puede encontrar la posibilidad de un análisis de aquellos dispositivos concretos a partir de los cuales las categorías que refieren al poder, -léase: libertad, igualdad, dignidad- penetran en los cuerpos y proceden a constituirse en modos de despliegue de las subjetividades dentro de los sistemas institucionales, muchas veces procediendo a subordinar los cuerpos al poder”, advirtió el Dr. Jorge Ulloa Plaza, al comenzar su intervención.
El académico destacó que “toda cuestión referida a la igualdad (tema siempre oscuro) refiere en última instancia a una cuestión moral. Esto es la desigualdad, (cuestión siempre clara) y que en ella está enquistada un germen de utopía que insuma e impulsa a las mutaciones de los sistemas normativos”. Asimismo indicó que “va unida a la injusticia el carácter de culpa, en quien la produce, y de responsabilidad, en quien la hereda”.
Asimismo, el profesor Ulloa constató dos tipos de injusticias: la socioeconómica y la cultural: “Ambas están arraigadas en procesos y prácticas que sistemáticamente ponen a unos grupos de personas en desventaja frente a otros. Ambas, por lo tanto, deben ser remediadas", para lo que es fundamental el reconocimiento y la redistribución.
“Por supuesto, ambas generan constructos culturales, ideológicamente no neutros en los cuales bajo el manto de la igualdad normativa, nada más que una mera ficción de aquella que se les promueven a los juristas en su formación, se ocultan las circunstancias y contingencias concretas de desigualdad a partir de las cuales se da la vida entre los humanos, lo que por supuesto es un invento moderno que con pretensiones de universalidad vino a reformular sin modificar la explotación de unos a otros y es esquema de dominantes y dominados como decisión originaria de la sociedad del que nos diera cuenta Maquiavelo hace más de medio milenio atrás”, sentenció.
Por su parte, la Dra. Estefanía Esparza en su primera intervención en la Universidad Central hizo un recorrido por los distintos conceptos de igualdad que existen: igualdad formal, material, no discriminación y no subordinación. En esa línea, la profesora Esparza comentó que “pese a lo que muchas personas creen el Derecho a la igualdad es un término polisémico: ser y deber ser”. Así como que “igualdad y derecho a la igualdad no son sinónimos”. Esto pasa porque las “distintas concepciones de igualdad van surgiendo en momentos históricos distintos. formas de comprender distintas” y de “adoptar soluciones diferentes” para poner fin a problemas existentes.
La académica de la Universidad La Frontera, explicó que jurisprudencialmente el “caso chileno es paradigmático”, ya que se considera “igualdad como no discriminacion y como no subordinación”, convergiendo en el “falso universalismo de la no discriminación”.
“De igualdad como igual protección de derechos nace la igualdad y no discriminación”, en la Constitución estadounidense de 1787. “La discriminación no solo es diferencia de trato sino tambien trato igual en situaciónes diversas”, comentó. No obstante, habría una “discriminación estructural que posee un potencial de daño bien importante”, advirtió.
La Dra. Esparza realizó algunos comentarios sobre cómo considera debiese regularse la no discriminación en una nueva Constitución, invitando al “abandono del concepto de discriminacion arbitraria” y la “homogenizacion de conceptos que colabora con la función de jueces”, ya que los “conceptos de discriminacion que están en nuestro ordenamiento jurídico no son compatibles muchas veces entre sí”. Enfatizó la necesidad de “consagrar la no discriminación” y “separar la igualdad de la no discriminación (...) consagrarlo expresamente como un valor o Derecho fundamental”.