Viernes 26 de Abril de 2019
En el marco de su reelección como Presidente de la Honorable Junta Directiva hasta el año 2021, el profesor Napadensky analizó el pasado, presente y futuro de su gestión.
La Junta Directiva delegó en él la responsabilidad de comandar los proyectos de la Institución, eligiéndolo como Presidente hace 7 años, cargo que mantendrá hasta el año 2021, gracias a su reelección de forma unánime el pasado 16 abril.
¿Cuál es su evaluación en relación a los primeros dos años y medio de gestión?
Lo primero que tendría que decir al respecto, es que esta evaluación me es imposible separarla de la que hemos hecho en los últimos cinco años anteriores en los cuales estuve como Presidente de la Junta Directiva. Aun cuando se trate de un nuevo equipo, no es menos cierto que el rol es el mismo y que las responsabilidades son las mismas; evidentemente cambian los momentos, el entorno y los desafíos, pero uno tiene que abordarlos en función de la realidad que uno vive en ese momento. Haciendo ese análisis y ligándolo con el periodo anterior, yo diría que ha sido muy fructífero y propositivo, un periodo donde hemos alcanzado importantes metas de desarrollo, que nos ha permitido construir ese futuro promisorio. Hemos logrado salir desde una posición muy disminuida hasta una posición en donde la mirada y la relación con los pares es de igual a igual y donde hemos realizado grandes cosas con esta Institución, por su comunidad y principalmente por sus estudiantes.
Al terminar estos dos años y medio, hemos impulsado el cambio más importante que esta Universidad ha vivido desde su fundación y tiene sus raíces muy profundas, tiene sus fundamentos en la realidad que vivimos, en lo que somos hoy. A sus 36 años, hay una mirada introspectiva mediante la cual hemos realizado un análisis de lo irreal e inadecuada que era nuestra infraestructura organizacional y eso nos llevó a un cambio en el reordenamiento de nuestras unidades académicas. Pero no solo fue mirándonos y reconociendo nuestra realidad, sino también, mirando el entorno y las demandas que hoy día hay para las instituciones de Educación Superior.
En resumen, en estos dos años y medio hemos podido concretar proyectos, reposicionar a la Universidad y demostrar que ésta es una Institución que tiene mucho que entregar todavía y para ello es fundamental construir equipo. La Junta Directiva es el órgano colegiado más importante, donde se toman las decisiones más significativas, entonces no es fácil configurar un equipo donde tiene que haber coincidencia en miradas y opiniones para tomar los acuerdos. Hemos logrado armar un equipo afiatado, en donde todos los acuerdos que se establecen son por unanimidad y eso habla de haber construido una mirada de equipo, que no es fácil, porque requiere de un esfuerzo de voluntad, dedicación y receptividad.
¿Qué esperan para los próximos dos años y medio?
Al término del 2018 e inicio del 2019, nosotros hemos aprobado cambios fundamentales en la Institución. Hemos pasado de 9 a 5 facultades, lo que significa una reorganización de las unidades académicas y administrativas de la Universidad. Esto tiene que ver con la unificación multidisciplinar de las miradas porque hoy es imposible pensar en un modelo que se sostiene en base a unidades que no dialogan, que no conviven, que no cooperan entre sí y que no comparten. Hoy día no es posible generar una educación de calidad, de interés y de acuerdo al desarrollo de las personas y del país, si tú no tienes esa mirada multidisciplinar e interdisciplinar de gran cooperación y colaboración. Nosotros lo hicimos dentro de la reglamentación y convicción que tenemos. Estamos aquí para potenciar una mejor Institución de Educación Superior en el futuro.
Por otro lado, no nos queremos quedar solo en la docencia de pregrado. También queremos desarrollar esta Universidad hacia una institución compleja con el desarrollo de proyectos de investigación de primera categoría. Hace un par de años iniciamos un desarrollo de investigación que no existía en la Universidad y que hoy ya no es suficiente porque debemos realizar investigaciones colaborativas multidisciplinares que nos permitan competir por recursos externos y a la vez darnos a conocer a través de publicaciones indexadas. Asimismo, tenemos mucho que caminar en postgrados y educación continua para que sean certificadas en calidad y de primer nivel.
Yo espero concretar estas metas y tareas, estoy convencido de que lo vamos a lograr. Tengo una mirada muy positiva y optimista, pero necesitamos la compañía de toda la comunidad ya que entre todos vamos a construir esta próxima Universidad Central que parte, después de 36 años hacia el futuro.
¿Qué significa para Usted estar al frente de la Junta Directiva? ¿Qué es lo que siente de llevar tanto tiempo en la universidad y enfrentarse a estos desafíos?
Bueno, yo soy un profesor muy antiguo en la Universidad. Comencé cuando el ex rector René Martínez me solicitó preparar programas para la carrera de Arquitectura, esto antes de que la Universidad comenzará a funcionar y con un compromiso netamente docente. Participé en su génesis, conozco todo su desarrollo, historia y trayectoria por lo que no solo tengo un compromiso académico sino que también un compromiso humano y sentimental. Mi llegada a la Junta Directiva, máximo órgano colegiado directivo que tiene que, de alguna manera, encausar el camino hacia el desarrollo futuro de la Institución, fue fortuito debido a la posible venta de la Universidad y a la pérdida del sentido profundo de servicio con la que fue fundada. Ante esa situación, de pronto me vi a la cabeza de la Junta Directiva, lo cual me enorgullece y lo considero como una distinción y una oportunidad muy grande siendo un académico tan antiguo de la Casa de Estudios.
Estoy muy agradecido de mis pares y de mi comunidad porque para mí es un reconocimiento que tampoco pedí y que nunca me imaginé; pero que llegado el momento uno tiene que estar dispuesto a asumir y así fue. Hoy siento satisfacción por el esfuerzo realizado; agradezco el apoyo unánime que he tenido para seguir al frente y digo seguir al frente porque esto es una tarea de equipo, de un órgano colegiado que tiene que seguir creciendo como tal y no tengo dudad que así va a ser. Agradezco profundamente la confianza y la responsabilidad que han depositado en mi persona porque la tarea de un presidente de Junta Directiva es difícil; además de estar ayudando a las autoridades académicas hay que tener una mirada de proyección las que se discuten en el seno de este equipo de voluntades tan diversas, pero que hemos sabido llegar a puntos de encuentro. Estoy agradecido de la Junta Directiva que ha permitido construir acuerdos de manera unánime e impulsar el desarrollo en la Institución como se ve al día de hoy.
¿Cuál sería el legado que a Usted le gustaría dejar?
Hablar de legado no es fácil, porque un legado es algo que también tiene una pretensión difícil de alcanzar en una dimensión tan pequeña que es la vida que uno tiene. Entonces más que legado, yo hablaría de cuál es el recuerdo que uno quiere dejar hacia quienes han convivido con uno y han participado de esta tarea; en ese sentido es el del deber cumplido, de rescatar los valores fundamentales y esenciales del individuo, eso claro que me gustaría que de alguna manera fuera reconocido.
Esta comunidad es mi familia, mi gran familia, por lo tanto, si algo quisiera que pudiera ser recordado es como un ‘pater family’, uno más de los que ya me antecedieron, que yo recuerdo con mucho cariño y que pude compartir con ellos, con los fundadores de esta Institución. Entonces me siento llamado, tal vez, a continuar el camino de ellos.
Si nosotros lográramos llevar esta Universidad desde un pasado magnífico a un presente prometedor y a un futuro esplendoroso, hemos cumplido con la misión y la tarea, y en algún minuto se acordarán de todos los que hemos participado. Cómo lo van a recordar a uno, eso es lo importante y yo creo que debe ser con respeto, cariño y naturalmente con amor.