Viernes 24 de Noviembre de 2017
Con una emotiva y solemne ceremonia la Universidad Central celebró el trigésimo quinto aniversario, instancia en que también se entregó la Medalla Fundadores.
En el Aula Magna Fundadores del Centro de Extensión Hugo Gálvez Gajardo, se desarrolló la celebración por el trigésimo quinto aniversario de la Universidad Central, institución que posiciona la formación académica desde un alto compromiso con el país, para entregar ciudadanos con conciencia social, promotores de los valores de tolerancia, pluralismo y equidad; así como también, del respeto y aceptación de la diversidad en todos los ámbitos de su quehacer.
En la oportunidad, el presidente de la Junta Directiva, profesor Ricardo Napadensky Bauzá, destacó el nuevo aniversario institucional y abordó los hitos más importantes de la Universidad Central de Chile dando cuenta del crecimiento de la Casa de Estudios.
“El hito más importante es que la Universidad está madura para pasar a una nueva etapa de su desarrollo, y así aportar más de lo que ya se ha hecho en la sociedad y en el país. Estamos contentos porque esa madurez se expresó en la maravillosa ceremonia que hemos vivido”.
“Como directiva estamos felices y sentimos orgullo por la labor cumplida. Ese es nuestro objetivo y nuestra misión. Lo hacemos con un total convencimiento”, declaró la máxima autoridad institucional tras las actividades y ceremonias que se vivieron en la semana de aniversario.
Medalla Fundadores
Este reconocimiento fue creado al conmemorarse los 30 años de la institución. Tiene como objetivo, reconocer a una persona que encarna todos los valores que forman parte del sello institucional y que, en virtud de sus méritos, se ha destacado.
Este año, la Medalla Fundadores fue otorgada al maestro Roberto Bravo, quien es reconocido en la escena internacional como uno de los talentos musicales más importantes de América Latina. Comenzó su formación musical en el Conservatorio Nacional de Santiago con Rudolf Lehmann; continuó sus estudios en Nueva York (Estados Unidos) con el connotado pianista chileno, Claudio Arrau. Luego continuó su formación y perfeccionamiento, en los Conservatorios de Varsovia (Polonia) y Tchaikovsky de Moscú (Rusia) y en Londres (Inglaterra) con la Maestra María Curcio.
Ha destacado en su trayectoria musical, sobrepasando los límites del perfil de un pianista clásico. Vibra con todos los aspectos de la música popular, literaria y poética, en el marco de una sociedad mejor, más justa y liberadora del ser humano. Por ello, interpreta y lleva su música, tanto al público que sigue la música clásica como a aquellos que no pueden acceder directamente a ella: los mineros, los campesinos; los 'pobladores' de los barrios populares y pueblos originarios.
“Me siento muy honrado por la distinción de esta Casa de Estudios, que tiene un especial enfoque social. Este ha sido un año que está terminado muy alto para mí; he realizado varios viajes, donde el último fue muy emotivo, ya que cumplí el sueño de tocar la música de Armando Manzanero en México con su presencia”, declaró el maestro.
Tras la solemne ceremonia, la comunidad centralina compartió un almuerzo en el Chilenazo, instancia organizada por la Dirección de Recursos Humanos con el apoyo de la Dirección de Comunicaciones Corporativas, para festejar la llegada de los 35 años de la Universidad Central.