La periodicidad de informes de distinto tipo y función, es una práctica que se valora, sobre todo en el área de la gestión para la toma de decisiones relevantes. No obstante, la ciudadanía suele tener ciertas percepciones más distantes de las cifras oficiales y más bien construye su opinión a partir de lo que informan los informes.
La semana pasada fueron publicados dos importantes informes: uno del Banco Central, sobre el alto nivel de endeudamiento de los hogares chilenos, que subió al 63,5% de sus ingresos en el segundo trimestre del presente año y cuya explicación estaría en el aumento de los créditos hipotecarios y de consumo; el otro corresponde a la Superintendencia de Pensiones, entidad que en su Informe Mensual de Seguros de Cesantía revela que estos habrían subido un 7,8% en el pasado mes de agosto en relación con igual mes del año anterior y un 3,8% en relación con julio de 2016.
El aludido documento también señala que “el número de afiliados al seguro de cesantía alcanzó a 8.905.088 trabajadores, lo que significó un crecimiento del 3,9% respecto de agosto 2015 y un aumento de 0,2% respecto de junio de este año”.
Hasta ahí, todo parece tener coherencia, sobre todo si miramos la situación del país, con una proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que fluctúa entre 1,5% y 2,0% según el Informe de Política Monetaria de septiembre del Banco Central. En esa misma línea, un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) emitido a principios de octubre proyecta el crecimiento del país en un 1,6% para el presente año.
Si a este panorama agregamos uno de los últimos informes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del pasado trimestre mayo-julio, que cifró el desempleo sobre un 7% y dio cuenta del aumento de los trabajadores por cuenta propia, que generalmente no disponen de capacidad de ahorro y cuyo ingreso se transforma en consumo, a simple vista se desprende que no estamos en época de vacas gordas.
Sin embargo, en septiembre pasado, la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) entregó un informe donde muestra que precisamente durante ese mes, se registró el récord en venta de autos, logrando un 12,9% de incremento respecto de septiembre de 2015 y posicionándose como el mes de mayor venta del presente año, cifra que no se conocía desde septiembre de 2011.
La explicación que entrega la propia entidad emisora al respecto, es que los consumidores aprovecharon el cambio de año en el modelo de los vehículos, además de las compras realizadas por parte de empresas flotistas.
Después de leer y tratar de relacionar todos estos informes, hay algo que no cuadra. Si hay proyecciones de bajo crecimiento según el Banco Central y la Cepal; si la Superintendencia de Pensiones está indicando el aumento en los seguros de cesantía y si, además, analistas del mercado proyectan que a fines de año la tasa de desocupación debería estar sobre el 7,0%... ¿cómo aumentan las ventas de autos nuevos?
¿Somos los chilenos racionales al momento de comprar o nos dejamos llevar por las “ofertas relámpago”? ¿Tenemos certeza que nuestra fuente laboral no sufrirá cambios en los próximos meses? Parece que estamos practicando más el verbo “tener” que el verbo “ser”, pero eso, por supuesto, no hay informe que lo dimensione.