Viernes 20 de Julio de 2018
Gladys Rodríguez-Peña. Terapeuta floral DAVE
Nuestra vida nos da muchas alertas. Cuando no tienes ganas de comenzar el día, tienes la necesidad incontrolable de llorar y/o te sientes hipersensible; tienes cambios de ánimo de un momento a otro, te sientes irritable o irascible, te cuesta conciliar el sueño, falta de ánimo o analizas una y otra vez situaciones para finalmente confundirte más; todas las anteriores son señales.
Para afrontar estas problemáticas, las flores de Bach son una eficiente terapia complementaria que ayudan a abordar estas emociones y sentimientos de una manera natural, buscando restaurar el equilibrio.
Las flores de Bach, fueron descubiertas por el médico inglés Edward Bach entre los años 1926 y 1934. Este sistema floral está compuesto por 38 esencias, las que se conocen como ‘armonizadores del alma’. De acuerdo a los planteamientos del doctor Bach, potencian la virtud contraria al defecto en vez de luchar directamente con él, para así evitar un conflicto interno. En otras palabras, si sientes miedo, la esencia fortalece la valentía y el coraje; si sientes inseguridad, la flor desarrolla la confianza interior; si sientes desmotivación, la esencia potencia la vitalidad, entre otras tantas virtudes.
La terapia floral de Bach es un positivo camino de sanación, ya que trabaja sobre las causas que ocasionan ese desbalance interno; pues de acuerdo a los postulados del doctor Bach si un sentimiento o emoción negativa se mantiene durante mucho tiempo podría llegar a transformarse en algo más complejo.
En síntesis, en vez de solo abordar la sintomatología, las flores te invitan a trabajar el desequilibrio interno que causa la dolencia, permitiéndote reparar desde el origen para así sanar holísticamente, pues se integra tanto el campo mental, emocional como energético en la terapia. Recuerda que a veces el cuerpo enferma como un mecanismo de alerta para que prestes atención a tus sentires y escuches la voz de tu alma.