Ps. Alejandra Zuleta C.
Iniciar la preparación para el examen de grado es un proceso que impacta múltiples dimensiones de la vida. Cada persona vive esta experiencia de manera única, influenciada por su historia personal, circunstancias vitales y recursos emocionales. Por ejemplo, alguien que ha egresado hace cinco años y tiene responsabilidades familiares o que ha reprobado anteriormente, enfrentará desafíos distintos a los de una persona recién egresada. No son comparables.
Cada persona tiene sus propios recursos cognitivos y emocionales que se ponen en juego a la hora de enfrentar este proceso y que determinarán qué tan eficientes son al momento de enfrentar el estudio. Algunos/as se concentran fácilmente, tienen buena oratoria y desplante, mientras que otros/as son intolerantes a la frustración o se sienten constantemente interferidos/as por la ansiedad.
Este proceso puede sentirse solitario, con poco entendimiento del entorno sobre las decisiones que se deben tomar, como postergar reuniones sociales para estudiar. A menudo, esto conlleva un deterioro de relaciones significativas y, a la larga, afecta la calidad de vida. Además, se puede experimentar un estancamiento en el proyecto de vida, con la sensación de que los sueños solo podrán materializarse tras aprobar el examen, mientras se observa el avance de colegas.
Para afrontar esta etapa de manera más consciente y efectiva, aquí algunos puntos a considerar:
Es crucial tener en cuenta el contexto personal al iniciar este proceso. Planifica y organiza tu tiempo de manera realista, respeta tus ritmos, evita caer en comparaciones y no descuides tus vínculos afectivos. Compartir esta experiencia con otros puede ofrecer apoyo y recordarte que no estás solo/a.