Ps. Suilan Chia Covarrubias
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), la actividad física comprende cualquier movimiento corporal producido por los músculos con el consiguiente consumo de energía. Así incluye todo tipo de movimiento: movimientos durante el tiempo de ocio, actividades recreativas y juegos, el desplazamiento a determinados lugares, la actividad ejercida en el trabajo hasta actividades deportivas.
Cuando permanecemos sentados o en reposo estamos realizando una actividad física leve. La actividad física moderada comprende un esfuerzo medio, que acelera en forma perceptible el ritmo cardiaco. Estas pueden ser caminar a paso rápido, bailar, hacer labores domésticas y de jardinería, participar en juegos y actividades recreativas, realizar trabajos de construcción. La actividad física intensa es la que requiere gran cantidad de esfuerzo, provoca una respiración rápida y un aumento sustancial de la frecuencia cardiaca. Algunos ejemplos son deportes en general (fútbol, voleibol, baloncesto, tenis, ciclismo), aerobics, zumba y natación. Es en la actividad física moderada e intensa, donde se han mostrado mejoras sustanciales en la salud.
Sus efectos positivos en la salud física son múltiples, desde la prevención de enfermedades (cardiovasculares, cáncer y diabetes), mejoras en la salud ósea y funcional de tu cuerpo, hasta la regulación de las funciones metabólicas del organismo y la reducción de la mortalidad (hay un riesgo de muerte de un 20% y 30% si se tiene un nivel insuficiente de actividad física).
Más interesante aún es que la OMS indica que actividad física también tiene beneficios para la salud mental, entre los que se encuentran:
Para potenciar estos beneficios, la OMS recomienda en los adultos entre 18 a 64 años, se recomienda realizar entre 150 y 300 min de actividad física moderada a la semana o 75 a 150 min de actividad física vigorosa a la semana. También puedes optar por mezclar ambas alternativas.
Si no estás acostumbrado a hacer actividad física moderada o intensa, te recomendamos empezar de a poco. Para ello, puedes iniciar limitando el tiempo dedicado a actividades sedentarias y sustituirlo por más actividad física de cualquier intensidad. Es mucho hacer algo y poco tiempo, que permanecer totalmente inactivo, ya que toda actividad resultará beneficiosa para tu salud. Así, es importante comenzar con pequeñas dosis de actividad física, para ir aumentando gradualmente su duración, frecuencia e intensidad.
Esperamos entonces motivarte a iniciar alguna actividad física e ir observando los beneficios que puede tener para tu salud. Te dejamos invitación también a los talleres extraprogramáticos y deportivos para que puedas iniciar o seguir fomentando la actividad física en tu vida.