Martes 22 de Junio de 2021
La instancia desarrollada por el área de Consejería y Salud de la DAVE, abordó los principales desafíos asociados al internado en relación a ser la primera generación de la Universidad.
Con el objetivo de entregar herramientas y crear un espacio de construcción conjunta para fortalecer la salud mental y emocional de estudiantes, la Dirección de Apoyo y Vida Estudiantil (DAVE) a través del área de Consejería y Salud realizaron un taller enfocado a internas de la carrera de Nutrición y Dietética.
En la ocasión se abordaron los principales desafíos asociados a realizar un internado siendo la primera generación de la Universidad, sin tener referentes de pares más antiguos y, particularmente, con las dificultades asociadas al contexto de pandemia.
Además, se trabajó en lograr tomar conciencia de cómo el miedo a fallar y la auto exigencia podrían asociarse al sufrimiento de estrés o incluso burnout (desmotivación absoluta que surge a raíz de una sobre carga laboral). Y se enfatizó en reconocer los principales indicadores de estrés a nivel corporal y psicológico, identificar sus fases para prevenir llegar a la etapa de agotamiento, desmotivación y cansancio extremo. Se puso especial foco en cómo prevenirlo durante la etapa de internado, que es demandante por la adaptación que se requiere al integrarse a un lugar y equipos de trabajo.
Asimismo, se abordaron diversas herramientas para el autocuidado como resguardar las horas de sueño y de comidas, la importancia de una alimentación balanceada y espacios para la relajación y estiramiento, y el gran alivio que entrega la planificación anticipada respecto a tareas a resolver.
A su vez, se hizo referencia a la relevancia de practicar la comunicación asertiva, logrando expresar lo que se necesita de manera respetuosa, clara, concisa y directa con los demás, evitando así malos entendidos o permitir pasar a llevar límites que afectan la salud física o emocional.
Durante el taller, se construyó, junto a ellas, el significado del trabajo en equipo desde la colaboración, donde el trabajo y aporte de cada miembro es igual de valioso y es muy positivo que sea reconocido por los demás, independiente sea estudiante o profesional. También destacaron el valor de disfrutar y darse cuenta de las retroalimentaciones positivas que han recibido por parte de sus docentes y compañeras.
Finalmente, se conversaron los desafíos asociados a trabajar con otras personas, instancia en que las estudiantes expresaron haber identificado una alta competitividad y situaciones donde resulta difícil poner límites. A raíz de lo anterior, se señaló la relevancia de aprender a establecerlos de forma respetuosa, de modo de finalizar el internado habiendo disfrutado el proceso, evitando sentirse sobrecargadas y cuidando así su salud y calidad de vida.
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