Por la psicóloga Fernanda Goytiendía Haydn
En ocasiones, se vuelve difícil regalarnos espacio para nosotros/as mismos/as, un espacio de autocuidado que nos permita apartarnos un momento de la rutina. Estar constantemente expuestos a actividades que ocupan nuestro tiempo nos hace olvidar la importancia de tener momentos de descanso y desconexión.
Estudiar y/o trabajar son actividades que merecen nuestra atención y tiempo. Sin embargo, dedicar la totalidad de nuestro día a ellas, incluso sin permitirnos descansar, puede ser perjudicial para nuestra salud mental y física. Es fundamental incluir en nuestra rutina diaria oportunidades para relajarnos, expresarnos, conectar con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Aunque puede no ser sencillo incluir estos momentos en nuestra cotidianidad, veremos que si los implementamos gradualmente, podremos incorporarlos sin problema junto al resto de nuestras actividades hasta convertirlos en hábitos. Por ejemplo, así como organizamos nuestro tiempo para estudiar las materias de la universidad, podríamos reservar un espacio en nuestra agenda para brindarnos momentos de autocuidado.
A continuación, te presentamos algunas ideas que puedes tomar como referencia para comenzar a incluir este tipo de actividades en tus días:
Estas son algunas recomendaciones que pueden motivarte a generar un cambio beneficioso para ti. ¡Si se te ocurren otras ideas, excelente! Hay una infinidad de posibilidades, lo importante es movilizar las ganas y comenzar a incluir estos hábitos de autocuidado que, con el tiempo, mejorarán tu bienestar y calidad de vida.