Miércoles 9 de Septiembre de 2020
Por Constanze Ihl Herbach.
El COVID-19 ha generado cambios importantes a nivel ambiental y a nivel mundial por la necesidad de un distanciamiento social. Este distanciamiento y la incertidumbre que causa esta situación, puede provocarnos una respuesta de estrés, manifestándose de diversas formas como aumento en la ansiedad, problemas para dormir, cansancio y desmotivación constante, dificultades en la concentración, frustración e irritabilidad, así como también, un aumento en los conflictos interpersonales con quienes convivimos o con quienes más queremos. Son tiempos difíciles que requieren un gran esfuerzo de adaptación.
Cada estudiante cuenta con posibilidades y necesidades diferentes, pero existen acciones generales que contribuyen a cuidar tu salud mental y emocional, que se define como ‘un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades (OMS)’. Entre ellas podemos encontrar:
Centrando el foco en las preocupaciones más cotidianas, es importante recordar que debemos soltar lo que no depende de nosotras/os resolver. Con ello en mente, es posible centrar los esfuerzos en focalizar lo que sí esté en nuestras posibilidades. Eso sí, es importante abordar una tarea a la vez, idealmente comenzando con la de menor dificultad.
En la línea del autocuidado, también es vital reservar al menos media hora al día para ti, para hacer alguna actividad que te distraiga (escuchar música que te anime, leer, hacer ejercicio, meditar, etc). Si bien es necesario avanzar en lo académico, también tu cuerpo y mente necesitan espacios de desconexión.
Si bien, no hay trucos en lo que a salud mental respecta, sí existen estrategias que ayudan a canalizar la ansiedad. Un ejercicio simple de respiración es inhalar profundamente por la nariz durante 4 segundos (contando mentalmente), luego mantener el aire en tus pulmones otros 4 segundos, para finalmente exhalar soltando el aire lento por la boca, también durante en 4 segundos. Puedes repetir esto cuantas veces necesites. La respiración consciente ayuda a regular la respuesta física y emocional.
La activación física también ayuda a liberar endorfinas y regular el estado de ánimo. Tu cuerpo agradecerá cualquier tipo de movilidad que puedas realizar durante el día. Si no encuentras el tiempo para hacerlo, ubica ambas palmas de la mano sobre la pared y empuja con fuerza durante algunos segundos. Esta acción puede ayudar a liberar tensiones acumuladas.
Por otro lado, puede ser de utilidad practicar ejercicios de estiramiento, sobre todo luego de haber estado varias horas seguidas trabajando, ya que ayuda a oxigenar el cuerpo y, por ende, es una forma de enfrentar el cansancio durante el día.
Cada estrategia puede tener un efecto diferente en cada persona. Si ya has intentado varias y no han dado resultados positivos, estamos aquí para apoyarte. Hablar de lo que sientes puede darte alivio, comprenderte mejor y visualizar alternativas frente a lo que te genera malestar.
En caso de desear obtener información enfocada en tu situación propiamente tal, escríbenos al correo orientacionpsicologicadave@ucentral.cl con tu RUT y disponibilidad de tiempos, y te contactaremos con una psicóloga del equipo que podrá orientarte mediante videollamada.