Lunes 20 de Agosto de 2018
Sabemos que los adolescentes, sujetos arriesgados por antonomasia, asumen estos desafíos sin tomar en cuenta que pueden tener graves consecuencias. De más está decir que la adolescencia actual pareciera tener difuminado los rangos etarios, por lo que participan de estos desafíos, indistintamente, una persona de 12 años o 30 años de edad. También los hay mayores, pero los que siempre preocupan son los menores.
Sin embargo, al parecer, existe un desafío mayor que se ha dejado de lado y que debemos actualizar: el desafío de conocerse a sí mismo y ser uno mismo. Eso no está inmerso en ninguna campaña ni propone algo fantástico o novedoso. Aun así, es altamente necesario y arriesgado. Por ejemplo, deberás darte un tiempo para conocer y aceptar tus intereses y motivaciones, lo que tiene sentido para ti. Esto parece simple, aunque no es así: hay algunos aspectos de nuestra vida que nos provocarán miedo, culpa, vergüenza, y no nos dejarán avanzar, estarán ocultos y trataremos de mantenerlos así; también aparecerán imágenes de nuestra historia, las que hemos querido olvidar y siguen presentes; se nos abrirán puertas que no conocíamos y nos ofrecerán nuevos desafíos.
Pero ahí no acaba la faena: ser uno mismo es afrontar la mirada de otros que no comprenden, que no aceptan, que dan vuelta la cara; será oportuno conocer a nuevas amistades y arriesgarse a confiar en los demás; será lanzarse a probar nuevos caminos y experimentar la fuerza que viene de ser coherente.
Hoy en día nos dedicamos a buscar desafíos que nos hagan vivir experiencias intensas, que nos hagan sentir vivos. Te invito a tomar este desafío. Asume el Desafío de conocerte y ser tú mismo/a/e/x.
Marco Cofré Carvajal
Académico
Universidad Central La Serena